Un solo día más.

113 15 2
                                    


La música inundaba la habitación desde hace horas. A Mina le había quedado claro que Nayeon no le había mentido cuando le dijo que tocaba el piano bastante bien. De hecho, lo tocaba mucho mejor que eso. Su melodía compaginaba a la perfección, ambas se fusionaban como si fuesen una sola y se perdían en un sinfín de sensaciones. Era increíblemente mágico.

Tenía que admitirlo, era feliz. Ella le hacía sentir tanto calor en su interior de una forma tan sencilla y natural... La atraía como si de un imán se tratara. A su lado no sentía el vacío que tanto tiempo había inundado su vida, ella la llenaba, le daba sentido.

Y en tan solo unos días podría ser así para siempre. La conversación que habían tenido con Minhyun había sido esperanzadora a la par que preocupante, pero Nayeon le daba fuerzas para ser más optimista. Nada las detendría.

Como maestra de la mentira sabía que aquel muchacho no les había mentido, él también intentaba proteger a Nayeon, aunque la pelirroja aún se mostraba reacia a creer sus palabras. Minhyun les había contado que se había presentado ante ellas a espaldas de su jefe, pues éste desconocía que las había localizado. Les dijo cómo se había enterado de su situación y les explicó los planes que el jefe de Nayeon tenía en mente. Su pelinegra era perseguida por los dos bandos, y todo por algo que realmente no tenía nada que ver con ella. Sí, Minhyun también les había informado de todo lo de Jackson... Nayeon estaba metida en todo ese escollo por una casualidad... Pero ese azar era también el responsable de que se hubieran conocido. Era evidente que el mejor término que definía lo que sentía era el de ambivalencia. La irrupción de Nayeon en su vida había venido acompañada de una cantidad de sentimientos enfrentados que convivían desde entonces. Pero pronto podría desprenderse de las preocupaciones y centrarse únicamente en las positivas. Minhyun les había prometido conseguir un pasaporte para Nayeon. Mina también logró poner una excusa para que les trajeran un par de móviles de tarjeta, pedirle uno solamente habría resultado sospechoso. Aunque no estaba segura de si debía volver a establecer contacto con Somin... Pero sabía que ella podría encontrarla y que su silencio incrementaría las posibilidades de que el jefe respaldara la búsqueda. Tendría que fingir un poco más...

La música dejó de sonar. La pelinegra la miraba con los ojos llenos de una curiosa combinación entre pasión y ternura como hacían cada vez que terminaban una canción. Se arrepintió de haber tenido su mente en otra parte al ver esos ojos, pues también ella había acertado tiempo atrás al decir que un dueto le parecía idéntico al acto sexual. Cada vez que tocaba con Nayeon se desnudaba por completo y dejaba que su música penetrara en su cuerpo, sintiendo como cada nota rodeaba su ser y acariciaba cada centímetro de su piel. Estaba claro que Nayeon era consciente de su distracción, Mina había bajado la guardia cuando no debía.

— ¿Estás bien, pingüina?

— ¿Pingüina? – aquello divirtió a la pelirroja y la distrajo por completo.

— Sí, si por ti fuera pasarías la mayor parte posible en el agua, te gusta nadar – Nayeon estaba sonrojad — Y, bueno me recuerdas a ellos... además dicen que los pingüinos son criaturas muy muy bonitas.

La cálida y profunda mirada que le devolvió Mina hizo que se le subiesen más aún los colores.

— ¿Por qué te fijaste en mí?

— ¿Qué? – el semblante de Nayeon dejaba en evidencia que aquella pregunta le había pillado por sorpresa.

— ¿Es solo porque cuidé de ti?... ¿Por qué fui tu único contacto?

Nayeon pudo notar el miedo y la inseguridad en sus palabras. Estaba claro que a Mina le asustaba que se hubiera enamorado de ella simplemente por la cercanía en aquel entorno hostil. Negó con la cabeza.

Something I need | ♡ MINAYEON ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora