El ultimo enfrentamiento

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Estaba agachada en el suelo, temblando, con la mano apoyada en su hombro. Se retiró la mano y pudo vérsela bañada en sangre. La bala le había atravesado la herida de la puñalada. Afortunadamente para ella había pasado de forma limpia, pero eso no quitaba el dolor que sentía. Sabía que si hubiera estado en buena forma las cosas habrían sido distintas, ella habría esquivado esa bala. No, ella le habría disparado mucho antes de que él pudiera hacer algo. Había sido demasiado lenta, y había pagado su tardanza, pero ahora no era el momento de lamentarse. Se levantó como pudo y se acercó al cadáver de Seongdong. Le había acertado entre ceja y ceja. Sus reflejos no estaban en sus mejores condiciones pero al menos su puntería seguía intacta.


— Jaque mate – susurró entre respiraciones entrecortadas.

— Mmm.

Se giró precipitadamente al escuchar ese pequeño quejido. Mina. El sonido del disparo parecía haberla despertado. Se acercó a ella con cuidado, casi hasta con miedo. Miedo de que no fuera real y se desintegrara bajo sus manos. La necesitaba más de lo que nunca podría explicar. Se arrodilló a su lado, y sin desatarla ni retirarle el vendaje aún, le acarició el rostro, rozándolo con suavidad. Al pasar con ternura las yemas de sus dedos por encima de sus labios pudo notar como ella los entreabría. Sintió su cálido aliento entre sus dedos. No pudo evitarlo, no le bastaba con sentirlo, quería saborearlo. Sujetó su rostro y la besó lentamente.

Su olor, su tacto, sus labios... Su beso... La reconoció de inmediato. Pero llevaba tanto tiempo perdida en el mundo de la oscuridad que temía que su subconsciente le estuviera jugando una mala pasada. ¿Y si se ilusionaba una vez más para descubrir que solo se trataba de una alucinación? ¿Y si solo era otra más de todas las Nayeon que la habían acompañado en su soledad? No podría superarlo, no más veces. Pero la sentía tan real... Una lágrima recorrió su rostro.

— ¿N-Nayeon?

Nayeon pudo notar el pánico en su voz. Acalló su miedo con un nuevo beso.

— He vuelto – pronunció sus palabras sin apenas separarse de sus labios - Mina, he vuelto.

Retiró el vendaje que cubría sus ojos asegurándose de no romper el contacto con su piel ni un solo segundo. Ahora que volvían a estar juntas no podía permitirse distanciarse ni un solo milímetro de ella. La necesitaba con todo su ser.

Aquellos ojos que tanto tiempo estuvieron apagados volvieron a brillar. No era un sueño, era real. Ni ella misma podría dibujarlo con tanta perfección. Tenía ante sí el rostro de su diosa. Y ese rostro había sido lo primero que había visto en todo este tiempo... No podría haber soñado con una visión mejor.

— Has vuelto...

Nayeon, que ya había empezado a desatar a su amada, se detuvo un momento al sentir el dolor en sus últimas palabras. Bordeó su mejilla con el pulgar y le limpió la primera de una serie de lágrimas con un tierno beso. Después siguió en silencio en la tarea de quitarle aquellas cuerdas que apresaban su cuerpo.

— ¿Por qué lo has hecho? – aún seguía incrédula. Nayeon la miró con una mezcla de desconcierto y ternura, ya solo le quedaba liberar sus delicados tobillos — ¿C-cómo puedes seguir confiando en mí?

Exhaló un breve suspiro.

— Minari...

— Contéstame, por favor... - Lo profundo de sus ojos estaba a punto de desbordarse.

— Si no confiara en ti no tendría ningún motivo para vivir. Eres todo lo que tengo.

No pudo resistirse más. Se lanzó a abrazarla con fuerza, apoyando su cabeza sobre su hombro para permitirse llorar libremente mientras se embriagaba de su olor.

Something I need | ♡ MINAYEON ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora