Capítulo 2

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—Ya se marchó—dijo Max, que se encontraba vigilando a Collins por la ventana delantera, situada a algunos metros de la puerta

Asentí calmado y Clara salió de su escondite en mi espalda

—Paul—dijo Max, mientras me miraba sin saber qué decir

—¿Te quedarás con nosotros?—preguntó Clara con esa inocencia suya que ya se me comenzaba a hacer adorable

—Algo me dice que sí—sonreí un poco nervioso

—¿Cuánto tiempo?—se colocó en frente a mí mirando ligeramente hacia arriba para mantener el contacto visual (cabe destacar que yo era unos centímetros más alto que ella)

—Mucho—dijo Max—Ahora, hija, ¿por qué no subes a acomodar la cosas de tu cuarto para que se lo muestres a Paul?—continuó el mismo. A dicha propuesta Clara asintió contenta y subió corriendo por unas escaleras, ubicadas entre el salón principal y el comedor

—En serio está contenta—dije una vez Clara desapareció de mi rango visual

—Paul, soy consciente de que he dicho esto más veces en un día que en toda mi vida pero, aún así, gracias, con todo mi corazón—dijo el viejo

—No tienes que agradecer. Lo hice por ella—contesté mirando la escalera por la que desapareció Clara

—¿Por mi hija?—preguntó él esperando una explicación al respecto

—No puedo fallar a alguien que dice que soy su héroe—respondí y Max solo asintió

—Además, no quería que os separasen a ambos. Eso le haría mal, se marchitaría, nunca sería la misma. No puedo dejar que esos ojos llenos de curiosidad se apaguen—añadí

—En serio le quieres—dijo Max

—¿Eh?—pregunté

—Nada, gracias por la ayuda—dijo

—Entiendo—se creó entre ambos un silencio incómodo que fue roto por Clara una vez bajó:

—¡Ya está todo listo!—me tomó de la mano

—¿Eh?—pregunté dudoso, mientras miraba a Max a esperas de una respuesta

—Puedes ir, pero no hagan nada raro—dijo frunciendo el ceño

Clara solo se dedicó a jalarme por el brazo hasta su habitación mientras mi cara reflejaba mi deseo de que me tragase la tierra

—Eres gracioso—dijo ella divertida

—¿Por qué lo dices?—noté como mis mejillas comenzaban a arder

Ella solo me miró sonriendo y dijo:

—Por nada tontito

Suspiré y me encogí de hombros. Entonces ella se detuvo, provocando que chocáramos por accidente

—Lo siento—me disculpé

—No-no importa—dijo ella mientras miraba fijamente una puerta

—¿Es aquí?—pregunté y ella asintió esbozando una sonrisa en su rostro

—Vale—asentí esperando que ella dijese o hiciese algo, pero lo único que hacía era mirar la puerta

Yo entonces, sin más remedio, observé detalladamente la puerta. Era de la misma madera que la de la entrada, solo que no tenía vitrina. Había un letrero que decía “Clara's room”. También tenía algunas pegatinas. Unicornios, arcoiris, unicornios arcoiris, nubes rosas, y un corazón que alguien rayó en la madera

Saturno [Re Abierto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora