Capítulo 15

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—…— guardé silencio.

— Entiendo que es difícil de creer pero dos personas distintas lo han visto en diferentes situaciones. Incluso sin ser lo que sea que describe el Creepypasta podría ser algún tipo de imitador, psicópata o alguna de esas cosas. Tú eres la única persona que conozco a la que realmente le apasiona el mundo del Creepypasta. Necesito tu ayuda— dijo.

— Entiendo— dije e hice un gesto a la chica de antes para que tomara nuestra orden.

— Hola, perdonen la tardanza. ¿Qué pedirán?

— Dos cafés— dijo Dani antes de que yo pudiera reaccionar.

— ¿Solamente?— preguntó la chica.

— Sí, sola…— decía Dani hasta que me vio fulminarlo con la mirada.

— ¿Tienen algo de comer que pueda estar pronto pero que no sea ni muy ligero ni muy pesado?— pregunté.

— Emm… tenemos sándwich de pavo— contestó tras pensarlo.

— Vale. Que sean dos, por favor.

— Que sea solo uno, yo no quiero— dijo Dani.

— ¿Quién dijo que ibas a comerte uno?— contesté.

— Entonces dos sándwiches de pavo y… ¿cómo quieren los cafés?

— Amargo. Tengo un día complicado por delante— contestó Dani.

— Descafeinado, no tengo interés alguno en hacer nada realmente importante— contesté.

— Vaya, son demasiado distintos— comentó por lo bajo al marcharse con la orden tomada.

— Volviendo a tu necesidad— miré a mi hermano—, ¿podrías hablarme de quien dices que afirma haber visto a Jack?

— Is complicated— dijo Dani: una de esas mañas suyas el hablar en inglés a veces—. Aún así comenzaré desde el inicio. Pasábamos por una calle Paul y yo cuando escuchamos por primera vez aquella melodía…

— ¡Espera! ¿Quieres decir que tú y Paul vieron a Laughing Jack?— interrumpí exaltado.

— No, solo yo. Déjame terminar la historia. Si mal no recuerdo en ese instante lo ví, Paul estaba distraído y no lo notó. Luego, en otra calle, lo mismo: Yo estaba detenido en un semáforo y escuché otra vez la canción. Entonces, en una ventana que daba a la calle, se mostró. Estoy seguro que pude apreciar sus escalofriantes detalles e incluso me saludó— me estremecí al oír eso.

— Este pueblo es muy raro— dije.

— Bienvenido a mi mundo— rió, entonces llegó la camarera:

— Aquí está su pedido, caballeros. ¿Desean ordenar algo más?

— No— sacudí la cabeza con suavidad.

Tras retirarse la chica no retomamos el tema de conversación porque comencé a comer.

— Esto está increíble— afirmé.

— Cierto, ¿eh?— rió Dani— Aún recuerdo la primera vez que estuve en este lugar, fue Jeena quien me trajo— añadió.

— Tienes suerte de tener quién te quiera, al menos de tener alguien a quien querer— dije.

— ¿Sigues pensando en ello?

— No quiero hacer que nadie se encariñe de mí… tanto tú como yo podríamos ya no estar en cualquier momento. No pienso dejar a nadie sufririr por mí— contesté.

— Yo no moriré— dijo sereno—. Tengo algo muy importante por lo que luchar. Además, de cualquier forma alguien lloraría mi muerte así que decidí crear miles de momentos para que los demás recuerden en mi ausencia. Luego descubrí a qué quería dedicarme: Deseaba comprender la naturaleza humana y ayudar de alguna forma, así acabé conociendo al loco más cuerdo de todos— reí al imaginar cuál sería la reacción de Paul al escuchar.

Miré su café amargo y mi café descafeinado, luego volví a reír:

— Es chistoso, somos totalmente distintos, incluso para ser hermanos. Cambiando de tema (…)— comenzamos a hablar y así estuvimos hasta que llegó una chica que se volvería otro personaje más dentro de nuestras novelas.

En un inicio no nos llamó la atención ni nos percatamos de su presencia hasta que, conversando con la misma camarera que nos atendió, dio un pequeño grito de emoción.

— ¿Dices que Alek está en el pueblo?— dijo la camarera.

— ¡Oh!, la fama y sus cosas— susurró entre risas mi hermano que llegó a escuchar.

— Tsk, ya tuve otro momento así hoy— murmuré tras terminar el primer sandwich—. ¿Traes algo con lo que pueda escribir?

— Eso creo— Dani rebuscó en los bolsillos de su bata y sacó un papel y un bolígrafo— Ten. ¿Qué piensas hacer?

— Déjame eso a mí— contesté mientras comía el otro sandwich y escribía en el papel.

Al cabo de un rato pedí la cuenta, la camarera tenía otros pedidos así que fue a otra mesa. Entonces Dani dejó el dinero junto al recibo y yo dejé el papel con lo que escribí, luego nos fuimos.

[…]

— ¿Qué tenía aquel papel?— preguntó Dani de la nada.

— Solo algo que rimé.

— ¿Reconocerán qué es de Alek?

— Dejé mi firma.

— Si tú lo dices— se encogió de hombros—… ¿mañana será la exposición de arte?— preguntó y asentí.

— ¡Suerte!, estaré ocupado con el trabajo así que nos veremos dentro de algunos días— añadió.

— ¡Vale!

[…]

He aquí el poema que escribí y que, en el futuro, tendría gran importancia en mi historia:

Imagina un poema
Con tu exacta anatomía.
Ojalá ser buen poeta
Para rimarte todo el día
Y en la noche, borracho,
Confundir tu mirada tardía
Con la de cualquiera que me bese
Por sentir que te beso la vida.
Ojalá ser pintor
Para poder pintar la ironía
De tenerte en frente,
No ser capaz de hablarte
Y, entre mi confusión,
Llegar a pensar:
¡Joder, qué guapa esta chica!
Ojalá hacer de mi verso viento
Para levantar tus telas finas,
Poder tocarte la sombra
Y descubrir en tu porte de gloria
El significado de la poesía










Saturno [Re Abierto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora