Donde Marinette Dupain Cheng se ve obligada a pagar el error de su padre casándose con Adrien Agreste el hijo del más grande mafioso de Francia, Marinette sufrira mucho con esta decision ya que ella tenía novio lo que provoca algunos malentendidos...
-Te amo Adrien, hazme tuya -Adrien quedo espéctenle a lo que le dijo Marinette pues nunca espero que le digiera eso, siguió con el beso
-yo también, yo también te amo cariño -Adrien la volvió a besar y esta gustosa lo aceptó
Ambos estaban perdidos en el deseo que ambos sentían que no sabían lo que hacían, tampoco sabían si era bueno o malo
Adrien seguía besando con benevolencia a Marinette, un beso agresivo y lleno de lujuria y pasión, Marinette se dejaba besar por Adrien, ella estaba en sus cinco sentidos pues al dormir se le bajó el alcohol dando paso a su sobriedad y sabía bien lo que quería y en ese momento lo que quería era a Adrien, lo quería dentro suyo, sin embargó con la poca cordura que tenía Adrien, se separó del beso y paro todo lo que estaban haciendo
-no Mari esto no está bien
-¿por qué no?, tú me deseas y yo a ti, estamos comprendidos nos vamos a casar ¿por qué no estaría bien?
-por qué no estas sobria, además debes de recordar nuestra primera vez como algo bonito y especial
-pero...
-pero nada, mejor hay que parar y esperar ¿sí?, por favor déjame consentirte, hay que esperar a nuestra noche de bodas
-está bien-dijo haciendo un puchero
-no me agás esos pucheros que me vuelves loco
Marinette solo sonrió y se puso el pijama para después acostarse y Adrien la imitó una vez acotados Adrien abrazo a Marinette como ya se le había hecho costumbre y Marinette le dio un beso antes de caer en los brazos de Morfeo
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Marinette despertó con un terrible dolor de cabeza, y resequedad en la garganta, se sentó en la cama que compartía con Adrien y se dio cuenta que no llevaba ropa, entonces los sucesos de la noche anterior llegaron a su mente, haciendo que se sonroje por la vergüenza de que lo hizo ayer, estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dio cuenta que Adrien había entrado a la habitación con el desayuno, una aspirina y un vaso de agua mineral
-¿en qué piensas? bonita -dijo Adrien para sacarla de su ensoñación
-Adrien... -contestó nerviosa y apenada - en nada, no pienso en nada
-estas segura oh-se quedó un momento pensado -oh es que te acordaste lo de ayer -lo dijo burlón
Marinette se puso más roja por el comentario de Adrien-¿qué? no, bueno digo, digo no, no es eso, es que -dijo tartamudeando
-no te pongas así, anda tomate esto te hará sentir mejor -le estaba extendiendo el vaso con la pastilla
-gracias...
-bueno hay que desayunar -Marinette asintió
Ambos comenzaron a desayunar disfrutando de sus alimentos, al terminar ambos se metieron a bañar, por separado claro está, saliendo de bañarse se volvieron a costar pues aún seguían con un poco de sueño, estando acostados Adrien comenzó a hablar
