Capítulo 19

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 —mira lo que has echo, por tus estúpidas ideas —decía Adrien con enojo

—por favor Adrien déjalo, él no me ayudó, él no tiene la culpa

—me crees idiota—Adrien le sujeto del mentón —te dije que no intentaras escapar, ¿y qué fue lo que hiciste?, estas son las consecuencias de tus actos —sin decir algo más Adrien le disparo en la cien al guardaespaldas de Marinette

—¡¡nooooo!! Eres un maldito

—dime algo nuevo—dijo con una sonrisa ladina

—que te jodan

—jajajaja, será al revés princesa yo te joderé a ti—dijo acercándose más

1 hora antes

Adrien había salido de Disneyland a paso presuroso, alegando que debía buscar por fuera, Adrien subió a su auto y se puso en movimiento. Al checar las cámaras se dio cuenta de lo que sucedió y no solo Marinette tendría problemas, baya que no

Después de manejar por media hora, llego a una parada de buses y ahí vio a su querida princesa traicionera, Marinette estaba con la cabeza gacha, por lo que no se percató que el coche de Adrien había aparcado a un lado, esta se dio cuenta de la presencia del rubio cuando su hombro fue tocado, la sorpresa en la azabache no cabía en su rostro.

—pequeña, creí a verte dicho que no podías salir—dijo con una mirada tétrica

—Ad...Adrien, ¿cómo?

—creíste qué no me daría cuenta? —dijo de forma sombría

—vamos pequeña, necesitamos volver

—¡¡no!!—Marinette comenzó a correr por las frías y oscuras calles de París

—eres una idiota—Adrien empezó a seguir a Marinette, la cual corría despavorida

En ese momento la azabache, odio averse ido por una zona sin gente, en el momento en el que salió del parque creyó qué sería buena idea, pues por ahí no iba a pasar el rubio al ser una zona no transitada y menos a esa hora, pero ahora sólo sentía arrepentimiento, no había ni una sola persona que le ayudará, aunque pensándolo bien, aunque hubiera personas, nadie se atrevería a ayudarla, pues muchos creían que era mejor no inmiscuirse en asuntos de otras personas y esto con tal de no meterse en problemas

Marinette corría y corría, como si su vida dependiera de ello, bueno técnicamente de eso dependía, pues no sabía que le haría Adrien por a ver escapado, claro que lo pensó y mucho, pero ella quería su libertad, no quería de esposo a un maniático, que le gusta dañar a otras personas sin ningún remordimiento

Si le preguntarán a Marinette que día había corrido mucho, definitivamente diría que ese día, llevaba 7 minutos corriendo y sus piernas ya le empezaban a doler, lo peor es que no podía detenerse, Adrien seguía detrás de ella, y Adrien no se veía igual de agitado que ella, Marinette sentía que en cualquier momento se detendría, con lo que no contó es que piso un bache, provocando una caída, de la cual intentó levantarse, pero fue imposible, así que Adrien llegó hasta dónde ella, para después sujetarla de la cadera y cargarla sobre su hombro

Marinette intentó bajarse, pero era imposible, no podía, sentía el temor correr por sus venas, todo era un caos, tenía mucho miedo pues no sabía hasta dónde podía llegar Adrien enojado, bueno si lo sabía, pero no quería repetir eso de nuevo, en ese momento le llegaron los recuerdos de ese día como si de una película se tratase, provocando más miedo en ella, haciendo que se removiera más

—deja de moverte —dijo para después propinarle una severa nalgada en su cachete izquierdo, el cual le dolió como el infierno mismo

—por favor Adrien déjame—dijo con algunas lagrimas

MI DUEÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora