Capítulo 4. Había que arriesgarse

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Llegó el verano. Kayle deseando verla. Ella, ocupada y liada hasta las trancas. A pesar de querer tirar la toalla, nunca se rindió. Se había enamorado como nunca y quería demostrárselo. Pero no se atrevió hasta pasados los meses pero eso lo contaré más adelante. Por una tontería, dejaron de hablarse. Él la extrañaba a todas horas y ella, ella no se sabe. Lo que si sabía el es que se fue de viaje. Se fue y hubo un terrible incendio. Incendio que quemó gran parte del lugar. Empezaban a desalojar a los habitantes y desde que se enteró Kayle, rezó por Alanna para que estuviera bien. Le mensajeó, le llamó hasta que le dio las gracias por preocuparse por ella, que estaba bien. Lo que no se esperaba es que en ese instante, estaba hablando con la persona de la cual seguía enamorada.

Es la historia de un amor como no hay otro igualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora