16: Love

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El sentimiento de incomodidad estaba persiguiendo al rapero hace días, cuando su novio salió de ese bar tan enojado y lastimado a la vez, sintió que las cosas no iban bien.

Y lo comprobó en estos últimos días, Jungkook a las justas y cruzaba palabras con él, todas monosílabos... "sí"... "no"... "ok".

Ahora estaban en la camioneta del ahora rubio, Hoseok, siendo el menor de ambos quien manejaba y el otro iba de copiloto, mientras el silencio reinaba en aquel vehículo, aunque Hoseok tenía otros planes.

La camioneta se detuvo en el parking de la empresa donde trabaja el rapero, tenía que hacer algunos ajustes en una de sus canciones próximas a lanzarse.

— Jungkook, ¿estamos bien? — preguntó el mayor quitándose el cinturón de seguridad, observando a su novio.

El menor apoyó su cabeza en el volante sobre sus manos que aún se sostenían en este y antes de fijar sus ojos en aquel hombre que tenía a lado, suspiró.

— Y-yo, lo siento... lo siento de verdad, Hobi.

— Detente. No me pidas perdón sin antes darme una explicación. Así que habla, Jeon. — sentenció el rubio, si bien sus palabras sonarían duras en cualquier otra persona, en él era diferente, solo se podía encontrar rastros de quizás... decepción.

— Te lo prometí y fallé... yo... la sola idea de que él este con otra persona me enloquece... yo... — el menor desvío su mirada de Hoseok.

— Jungkook, mírame. — el menor se negó en cumplir el pedido y Jung sostuvo sus mejillas con ambas manos de manera suave e hizo que los bellos ojos de aquel chico que robó su corazón se posaron en los suyos y le regaló una sonrisa — Hey, está bien. ¿Nosotros ya hablamos de esto, cierto?. — Limpió algunas lágrimas rebeldes que se escapaban por las mejillas de menor y le dio un beso en la frente — Kook... te has puesto a pensar que quizás lo que sientes ahora ya no sean celos de amor, si no de amistad... ¿o incluso costumbre?

El menor se mentiría si dijera que no lo había pensado antes.

Él amó a Yoongi por mucho tiempo, fue la luz que llegó a su vida cuando todo su vida era un caos. Lo salvó. Le enseñó a defenderse, a no volverse a dejar pisar por nadie, le enseñó a confiar y a su vez, volver a tener bonitos sentimientos hacia otras personas.

Vamos, pero Jungkook no era tonto, siempre supo que sus sentimientos hacia el mayor crecían y esto no era normal, él lo llamó amor, sin embargo, cuando abrió su corazón con el pálido este le dijo que lo que sentía solo era ocasionado por el pensar de que le debía la vida a él.

Yoongi le dijo que sus sentimientos no eran más que una deuda, quizás la costumbre por el tiempo que pasaron juntos, quizás admiración por la persona fuerte que era y le enseñó a ser, hasta incluso podría ser devoción.

Pero jamás sería amor.

Porque el amor era una palabra que en el diccionario del mayor no existía, o mejor dicho, dejó de existir. El amor representa lo bueno, lo bonito, lo más puro que un ser puede llevar dentro.

Sí, Agust sintió amor alguna vez en su vida, el amor que todos los niños deberían conocer, pero que lamentablemente en este mundo de mierda solo pocos son afortunados de sentirlo. Ese amor tan natural que nace de un padre hacia un hijo y viceversa, el amor que florece entre hermanos.

Sí, él llegó a ser invadido hasta lo más profundo de su alma con ese tipo de amor, él era un niño muy feliz, amaba a sus padres, a su hermano mayor, amaba a su familia.

Aunque ese sentimiento fue despojado sin previo aviso de su corazón, no tuvo tiempo siquiera para despedirse o de añorarlo.

Cuando a su familia se le fue extraída la vida, aquel amor también se extrajo de cada milímetro del sistema de Yoongi. A temprana edad de aquel chico pálido, en su ser solo se instaló dolor y deseos de venganza. Odio.

I SEE RED | YOONTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora