I SEE RED | YOONTAE

19: Silver

La noticia del cuerpo encontrado de Choi Minhae estaba por todos lados, en cada noticiero nocturno, una trágica muerte en un accidente de carretera hizo que muchos lloraran su muerte... muchos que no sabían la verdad.

— Se me hacía raro que no contestara mis llamadas — habló Bogum.

¿A quién?

Supuestamente a Taehyung, que se encontraba ahí en cuerpo, sin embargo, su mente se encontraba en otro lugar, en uno prohibido.

Sabía que estaba mal.

Comparar a sus dos últimos amantes era pésimo, pero no podía evitarlo.

No cuando hace mucho tiempo no había tenido tanto placer cómo lo tuvo por la mañana, no cuando su amante se preocupaba por él y no solo se enfocaba en buscar su placer individual, no cuando recordaba todas aquellas caricias que le brindaba a su cuerpo al invadirlo, cuidando de él...

Todo era diferente.

Y lo peor es que no lo comparaba con cualquier persona, sino con su esposo, quién se suponía debía brindarle todo el cuidado y protección al hacerlo, pero Bogum no era así.

Una vez que él lograba su placer lo dejaba tirado, ni un beso, ni una caricia, ni una palabra, por lo contrario... su esposo lo mandaba a callar, no quería oír sus gemidos.

Ellos eran diferentes.

¿Qué mierda estuvo haciendo todo este tiempo con un tipo así?

¿De verdad el amor lo había vuelvo tan idiota?

— Tae... Kim Taehyung...

La voz de aquel de su aún esposo lo sacaron de su burbuja.

— ¿Sí? — preguntó no muy al tanto de lo que hablaba.

— Te decía que nunca más volví a ver al hijo del señor Choi, después de ese día... cuando te trajo a casa ebrio.

Cada vez la voz de esa persona irritaba más a Kim.

— Oh... Jimin, cuando volvió a su casa le dijeron que su papá había salido a un viaje de negocios de emergencia, así que decidió quedarse con Hoseok mientras esperaba el regreso de su padre. — alzó sus hombros restándole importancia y volvió a posar su vista a la televisión.

— Ya veo... supongo que ahora él será el dueño de todas las propiedades y empresas de Minhae.

— Ni idea, depende de la herencia que haya dejado antes de morir. — el menor fingió bostezar — ya me dio sueño, iré a dormir que mañana debo ir a la empresa temprano.

El menor se levantó del sofá y se dirigió al pasillo del primer piso, dirigiéndose al cuarto de invitados.

— ¿Cuándo volverás a dormir conmigo? — ahí estaba la voz que lo sacaba de quicio, otra vez.

— No presiones, ¿quieres?

Sin más se marchó.

🌪️

Se oyeron pequeños golpes en la puerta de su departamento y como si de un rayo se tratara, el rubio fue a abrir, dejando ver a su bartender en el umbral.

— ¿Hiciste lo que te pedí?

— Si, ya le mandé el mensaje al señor Silver.

"Señor", el pálido bufó.

Entonces solo quedaba esperar, el bendito Seokjin, o Silver como lo conocen es este trabajo, siempre se hacía de esperar, le gustaba jugar con la paciencia de los demás, y más con la del rubio, ya que lo conocía bien y sabía que este no poseía mucha.