Después de un par de días soportando a Bogum, y toda la mierda que soltaba, soportando todo el estrés del trabajo con el nuevo reclutamiento de trainees, y sobre todo... un par de días, ahí, esperando por ese mensaje.Taehyung lo había entendido desde el primer día que fue a buscar a Agust, ya como su entrenador, no lo iba a ubicar, al menos mientras el rubio no quisiera.
Y él había aceptado los términos, obediente.
Así que cuando el mensaje que incluía una dirección y hora exacta encendió la pantalla de su celular, tomó la llave de su camioneta, encargó un par de documentos faltantes a Hyungsik, el vicepresidente de la empresa y su mano derecha, y salió de manera apresurada del lugar.
Como si su vida dependiera de ello.
Llegó al lugar y era un estacionamiento subterráneo, cuando bajó por las rampas, siguiendo las señalizaciones, observó que no había nadie, ni una persona o un auto en aquel sitio... o eso pensó.
Cuando estaba dando una vuelta al lugar, visualizó un auto negro con lunas polarizadas estacionado al fondo del lugar.
Estacionó su camioneta, bajó de ella y fue a tocar sin miedo alguno la ventana del piloto de aquel auto. Un par de golpes y la luna bajó, no mucho pero lo suficiente para dejar ver aquella cabellera rubia y sus ojos felinos.
— Sube. — ordenó y el menor escuchó como la seguridad de la puerta de copiloto era abierta.
El moreno dio vuelta al auto y se subió sin pensarlo en el asiento que estaba a lado del mayor, quien sin más encendió el auto y empezó a manejar mientras que Kim se colocaba el cinturón de seguridad.
La idea de ser el primero en hablar pasó por la mente de Taehyung, pero no iba a dejar que el rubio gane, no iba a desistir. Pero por el contrario en la mente de Agust lo último que pasaba era una competencia de orgullos. Primero porque no le gustaba y segundo por el motivo que a él le gusta tomar al toro por los cuernos.
— Ahora mismo me estás acompañando a una misión, la última de este mes. — anunció el pálido luego de estar como media hora manejando y metiéndose por lugares que Kim ni sabía que existían, que gritaban en todos los idiomas posibles peligro.
— ¿Misión?... Espera ¿Matarás a alguien?
— Yo no, cariño. Por lo contrario, tú... sabrás de que se trata cuando lleguemos, ya estamos cerca.
Varios escenarios se instalaron en la cabeza de Taehyung por lo que acababa de decir el rubio.
Él aún no estaba listo para matar a alguien, aún no...
Pronto se adentraron a una zona más transitada, varios edificios, camionetas y autos estacionados, quizás era un lugar importante pero Taehyung no lo conocía, así que no debería tener tanta relevancia, pensó.
Agust estacionó frente a un viejo edificio, que al parecer estaba abandonado hace mucho tiempo por las pintas que tenía. Le dio una bucket hat negra al moreno, junto a una mascarilla del mismo color, este al ver que el rubio se las colocaba antes de bajar del auto copió sus acciones.
Kim vio como el mayor abría la maletera del auto y sacaba de ahí una caja de violín.
— Sígueme. — ordenó Agust y entró al edificio, seguido de Taehyung.
Subieron algunos cuántos pisos hasta que entraron a un cuarto, vacío, lleno de polvo, con algunas ventanas y vidrios rotos, una mesa pequeña pero larga junto a una de ellas.
El rubio abrió la caja de violín y sacó de ahí un rifle que poseía una mira telescópica e infrarrojo incorporado.
— Es una MSG90, ¿no es hermosa? — cuestionó sin esperar respuestas, pues estaba seguro de lo que decía — es mi hija preferida, nunca falla.
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I SEE RED | YOONTAE
RomansaNadie sabe de lo que es capaz el ser humano cuando su cuerpo es invadido completamente por la ira y el enojo. Taehyung lo va a descubrir cuando encuentre a su esposo bañado en sudor debajo de las sábanas de su hermana. Contratar un mercenario, cosa...