I SEE RED | YOONTAE

18: Good boy

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Árboles se hicieron presentes en el panorama que tenía el menor yendo de copiloto, cosa que le causaba curiosidad ya que nunca había estado antes en ese lugar, ni mucho menos se parecía al barrio donde se ubicaba el bar en el cual conoció al rubio.

Unos minutos después el auto donde iban se estacionó frente a una casa desconocida, pero algo grande y de estilo contemporáneo, una pequeña entrada con piedras que terminaban al ras de la puerta de ingreso a aquella casa, y flores alrededor, sí, era muy bonita. Lo inusual era que no habían muchas casas por ahí, era un sitio parecido a una zona residencial o quizás lo era.

El mayor de ambos se quitó el cinturón de seguridad y bajó del auto, al ver esto el menor solo hizo lo mismo. Mientras que Agust iba adelante, caminando por encima de las pequeñas piedras, Taehyung miraba su caminar y lo seguía a solo un paso detrás.

— ¿Dónde estamos? — se atrevió a preguntar.

— Ya lo verás por ti mismo — respondió el pálido abriendo la puerta del lugar.

Al poner un pie dentro las luces se encendieron automáticamente, como si hubieran estado esperando todo este tiempo la llegada del rubio.

Taehyung observó el lugar, paredes blancas y altas con algunos cuadros de animales salvajes posando sobre ellas, decoración de estilo minimalista, los colores de los muebles iban en una degradación desde lo negro a lo blanco, la casa era bonita por fuera y por dentro, acogedora.

— ¿Es hermosa, verdad? — sonrió el rubio.

— ¡Muy! — respondió el moreno con una sonrisa amable sin mostrar sus dientes.

— Me la compré no hace mucho... — al ver la cara de sorpresa del menor, volvió a sonreír — Sí, esta es mi casa.

— Vaya, tienes buenos gustos... — el menor giró su cuerpo de forma lenta para observar un poco más el lugar — Es muy bonita, siempre quise tener una casa propia, pero no se me fue posible hacerlo.

— Aún eres joven Taehyung, a tus 23 años tienes una gran empresa, una familia, amigos, puedes lograr y comprar lo que quieras. — Agust caminó hasta la pequeña barra que se encontraba en la sala — ¿Quieres tomar algo?

— Whisky, por favor. — respondió, observando una pequeña lámpara blanca con brillantes plateados que se encontraba sobre uno de los armarios del lugar — Soy joven, sí, pero familia no tengo, no una como tal, solo de apellido, aunque podría mencionar a mi hermano menor...  ¿amigos?... los puedo contar con los dedos de una mano, y me sobrarían la mayoría, aunque pudiera comprar una casa, no tendría sentido, yo quiero lo que no tuve ni tengo y probablemente nunca lo haga... así que ese sueño, quedará como tal, solo un sueño.

Al girar el pálido para poder observar los movimientos del menor, quedó estático, pues este ya se encontraba a un paso detrás de él, así que le ofreció la copa del licor que pidió antes, el cual aceptó inmediatamente dando un pequeño "gracias" en un susurro.

— Repito, eres joven y por si el espejo no te lo dice cada que te posas frente a él... Eres una belleza... — acarició una de sus mejillas con las yemas de su mano desocupada — Cualquiera en el planeta quisiera darte lo que pidas, incluso los típicos cursis te prometerían bajarte la luna misma si fuera posible. — quitó su mano y se sentó en el sofá con las piernas abiertas, tomando un trago de su vaso —  No dejes que tu vida se estanque por un imbécil, no lo merece.

— Es curioso lo que dices... — el menor se acercó la rubio tomando su trago y se sentó en la mesa de centro, ubicada justo frente al sofá donde estaba sentado el otro — Sabes que pedí ser entrenado para matarlo, ese es el fin de todo esto.