12 - Beso

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Alvaro

—Adalia Monroe, Adalia Monroe— Murmuraba Brad —¡Aquí esta la información!.

—Dime todo—  Le ordene.

—Adalia Monroe; Nacionalidad, Americana...edad: 18, un hermano, padres juntos.... amigos: dos, Kendall y Nicolas— Leyó un papel que tenia en sus manos.

—¿Tiene pareja?.

—No— Alzo sus cejas —¿Por qué la pregunta?.

—Por nada— Le arranque el papel de sus manos —Nos vemos.

—¡De nada!— Grito una vez que abandone su casa.

Guardé el papel en mi bolsillo y me subí a mi amado auto. Llegué a mi apartamento, y directamente me tiré en el sillón que estaba ahí. No sabia el por qué, pero tenia la necesidad de saber cosas de ella. No paraba de pensar en ella. Quería protegerla y a la vez lastimarla. No quería que este con nadie que no sea yo.

Saqué el papel que me "dio" Bradley y lo leí atentamente.

Nada interesante... Esperen es ¡virgen!. Já, era perfecta para ser mi próxima victima.

Pero, ¿qué clase de victima?.

Saqué esos pensamientos y pedí algo para comer.

***

3 semanas más tarde.

Mire mis puños, que ahora tenían un poco de sangre. Hace pocos minutos, había golpeado la pared. Otra vez ella lo había hecho enfurecer, ella lo había ignorado.

Salí de mi "casa", por así decirlo, dirigiéndome a un parque para pensar, algo muy cliché, pero funcionaba. Decidí caminar, la ciudad era era muy tranquila. Definitivamente, este no es un lugar para mí

—¡Hey, tú!— Grito alguien, detrás mio.

Lo ignore y seguí mi camino.

—Idiota, te estoy hablando— Volví a ignóralo —¡Lombardo!.

Me di vuelta, encontrándome con las personas que no quería ver.

Thomas y sus amigos.

—Te estaba llamando, idiota.

—El único idiota que veo acá, eres...tú— Sonreí con burla.

—Que gracioso, Lombardo— Río sarcásticamente.

—¿Qué quieres?— Pregunte.

—¿No puedo hablar contigo solamente?— Preguntó

—No— Intente volver a mi camino.

—Aléjate de ella.

Me pare en seco.

—¿De quien?.

—De Ada, ella es mía.

"Ella es mía, mía"

Mi mandíbula se tenso.

—¿Tuya?, já. Ya quisieras.

—Sí. Ella es solamente mía— Sonrió con arrogancia.

—No es un objeto y mucho menos es tuya— Dije cortante.

Y si fuera un objeto, seria mía.

Él acerco a mi, desafiante.

—Te quiero lejos de ella.

—No.

Lo enfrente. Estábamos a punto de empezar una pelea, hasta que. ..

—¿Alvaro?

Genial, pensé. Me di vuelta y me encontré con una figura diminuta, Adalia.

—¿Estas bien? ¿que pasa?— Dijo suavemente.

—Nada, corazón, nada— Dije y vi como se sonrojo. Ay vamos, solo te dije corazón.

Me aleje de Thomas y me acerque a ella y la agarré de la cintura. ¿Así que tuya?, disfruta el espectáculo, hijo de puta.

Con mis manos en su cintura, acerque nuestra cara, ella me miro confundida. Corte la distancia que había entre nosotros. La bese.

[✓] Clínica ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora