Alvaro
—¿Quieres que lo sea?— Elevé una ceja.
—No, Alvaro, no. No tienes que hacer algo que no quieres— Sonrió mientras tomaba una porción de su pizza.
Mmm, sí te dijera lo que quiero hacer contigo.
Una mesera se acerco a nosotros con mi pizza, tenia pinta de puta, seguro lo era.
—Acá tiene su pizza, señor— Me sonrió, y luego miro a Adalia, con cara de asco. Pero ella estaba concentrada en su pizza y no lo noto.
—Bueno, ya puedes irte— Dije secamente.
—¡Alvaro!— Me reprocho Ada.
—Si quieres otra cosa, voy a estar ahí, ok?— Sonrió falsamente y se marcho.
—Normalmente, se dice gracias.
—Ah— Dije y empecé a comer.
Se formo un silencio incomodo. Ambos comíamos en silencio. Mire su mejilla, aun estaba roja, no me arrepentía, sentía una mínima culpa. Solo pasa con ella.
Mire su cara, sus facciones eran hermosas, y su boca era algo tentadora. Muy tentadora. Pero si quería volver a probarlos, tendría que "conocerla" mucho más.
Sigo riéndome con eso.
O quizás, ser su novio, aunque si fuera su novio, podría hacer varias cosas con ella.
Adalia
Sentí la mirada fija de Alvaro, no me incomodaba, pero era raro sentir la mirada de alguien masculino.
—Yo ya me voy— Dije cuando termine mi comida.
—Voy contigo— No era una pregunta, era una afirmación.
—Okey.
Pague mi comida y él pago la suya.
Mi casa no quedaba muy lejos de donde estábamos.
—Alvaro, ¿te puedo hacer algunas preguntas?— Dije tímidamente.
Me miro confundido y asintió .
—¿Que música te gusta?, ¿haces deporte?, ¿te gusta alguien?, ¿tienes amigos?, ¿saldrías conmigo?— Se me había escapado la ultima.
Alvaro sonrió, y se acerco para tocar mi mejilla, me estremecí.
—Rock, punk rock, pop rock. No. Mmm, sí. Sí, y definitivamente sí.
Él me agarró de mi cintura, haciéndome parar de caminar. Su rostro se acerco al mío, demasiado. Estábamos a punto de besarnos.
—¿Ya nos conocemos lo suficiente como para poder besarnos?— Dijo con algo de gracia, todavía se acordaba lo que le había dicho.
Asentí tímidamente.
Me acerco más a él y nos besamos. Sus labios eran adictivos, sabia lo que hacían, mientras que yo intentaba seguir su beso. Podría estar todo mi vida besándolo, pero él separo nuestro labios, pero no nuestro rostros.
—Yo también te haré una pregunta, una sola; ¿Tú serias mi novia?— Sus palabras me dejaron shockeada. ¿Ser su novia?, hay muchas chicas más lindas que yo. Él me rompería el corazón.
—¿Y?— Dijo él, esperando mi respuesta.
—Yo...— Tome aire —¿Por qué yo?.
—Tengo mis razones— Respondió, un poco seco.
—No quiero decepcionarte, Alvaro. Nunca tuve novio, no se mucho sobre las relaciones, ni siquiera beso bien, soy una nenita estúpida que no sabe nada, soy ridícula— Cuando termine mi "discurso", tome un largo suspiro. Escuche como él también lo hizo.
—Una de las razones es esa. No eres ridícula, ni estúpida, tienes miedo y lo entiendo— Tomó mi barbilla y la levanto —Pero, deja eso de lado. ¿Quieres serlo?.
—Sí...
Alvaro
Pobre e inocente Adalia, no sabe lo que le espera.
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[✓] Clínica ©
Losowe«historia corta» Él miró la mesa donde se encontraba aquella desconocida, aquella chica que no podía sacar de su mente. Solo iba a esa sala para verla. Odiaba cómo los demás la miraban. Miró sus puños, que ahora tenían un poco de sangre. Hace pocos...