Narrador Omnisciente
Adalia camino con la mirada dirigida al rojizo suelo de la institución. Aún se podía ver los moretones que tenía, pero había logrado taparlos con un poco de base. Las personas no dejaban de mirarla, eso hacía que se pusiera más nerviosa de lo normal.
No había visto a Alvaro, era algo bueno, al parecer, no la había llamado, ni dejado ningún tipo de mensaje, él no sentía ningún tipo de culpa o remordimiento.
Todo lo contrario, se rumoreaba que había estado muy cariñoso con una morena la noche anterior. La chica de ojos claros evitaba darle importancia, algo que era casi imposible ya que la mayoría de los alumnos sólo hablaban de eso.
Cuando llego a su casillero sintió cómo su corazón se partía, otra vez. Ahí se encontraba su novio y una chica que Adalia no reconocía. Ambos estaban muy cercas, él la agarraba por la cintura mientras que ella lo abrazaba.
Quería llorar, gritar y hacerle una escena de celos a su "novio", pero no lo hizo, sólo respiro con dificultad y trato en concentrarse en los libros que debía sacar. Soltó un pequeño salto cuando sintió una mano en su hombro. Se dio vuelta esperando que sea cualquier persona menos él.
—¿Bradley?— Se sorprendió al ver de quién se trataba.
—Mmm, hey, hola.
—¿Qué pasa?— Pregunto ésta, con la cabeza hacia abajo. Él si se daría cuenta de los moretones.
—Sólo quería venir a saludarte, no conozco a nadie aquí— Intento sonreír.
—Esta bien— murmuró sin ganas
—¿Podrías levantar la cabeza? Es algo incómodo que mires hacia abajo cuando te hablo, por favor.
Lo pensó por milésimas de segundos y asintió. No tenía sentido ocultarle los moretones, de todas maneras ¿Qué podría hacer él? nada. Levantó su cabeza lentamente.
—Hijo de puta.
—Mmm— Contestó apenas audible.
—¿Alvaro, no?— Mencionó con mis puños apretados.
—Nn-ss...
—¿Qué yo qué?.
Adalia se sobresalto al escuchar esa voz. Sus manos empezaron a temblar, no sabía que hacer. Sólo se limitó a acercase a aquel moreno, el amigo de su novio, no sabía por que, pero se sentía protegida a su lado.
—¿Amor, qué haces?— Pregunto Alvaro al ver el movimiento de la chica.
Ella se encogió de hombros, sin mirarlo.
—Ven aca— Suspiro —Ya, Adalia— Le ordenó.
—No quiero.
—¿Perdón?.
—Dijo que no, entiende Alvaro— Mencionó el moreno
—Tu no te metas— Dijo en modo de amenaza —Ven amor, no tengo el día.
—¿Qué pasa si me meto? ¿Me vas pegar cómo lo hiciste con ella?.
Alvaro gruñó.
—¡Basta!— Hablo la chica —Déjenme tranquila, por favor— Suplico.
***
Adalia
Limpié las lágrimas que caían por mi cara, una y otra caían sin cesar.
No puedo aguantar más. Todavia recuerdo las caricias bruscas de Alvaro, todavia recuerdo el dolor que me provocó.
Todavia recuerdo sus labios besándome con violencia, aún recuerdo cómo le suplicaba que parara, aún recuerdo todo...
Aún recuerdo cómo me violó y todavía siento el dolor.
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[✓] Clínica ©
Random«historia corta» Él miró la mesa donde se encontraba aquella desconocida, aquella chica que no podía sacar de su mente. Solo iba a esa sala para verla. Odiaba cómo los demás la miraban. Miró sus puños, que ahora tenían un poco de sangre. Hace pocos...