Alvaro
Mire el cuerpo de Adalia, a mi lado. Estaba plácidamente dormida, parecía un ángel. Unos pelos rojizos caían por su carita. Su hermosa cara. Corrí esos pelos de ahí, al instante, ella se movió lentamente. Dejo de moverse, para luego abrir los ojos. Tenían un brillo especial, eso la hacía verse más hermosa.
—Buenos días, amorcito— Dijo en un susurro. Sonriéndome.
"Amorcito", ugh.
—Buenos días, bebé— Bese su frente.
—No quiero levantarme— Dijo, acomodándose en mi pecho.
Acaricie su pelo, bostezando.
—Yo tampoco, es más, no lo voy a hacer— Me miro —me corrijo, no lo vamos a hacer.
—¿No vamos a ir al colegio?.
Negué con la cabeza.
—Okey, está bien— Hizo una mueca, mientras se acomodaba mejor en mi pecho.
No le gustaba faltar, lo sabía.
—Solo va a ser por hoy— Asintió.
—Esta bien, supongo.
—¿Te dije alguna vez que eres hermosa?.
Sonrió y asintió, con las mejillas coloradas.
***
5:47pm.
Agarré la cintura de Kelly, penetrándola con fuerza. Llegando al orgasmo al instante. Cayo rendida a la cama, respirando con dificultad.
***
Limpie hasta ultima gota de sangre de Kelly. Hasta nunca, puta.
9:45pm
Toqué el timbre, esperando una respuesta rápida. Metí mis manos en los bolsillos delanteros de mi jean. Escuche unos pasos acercarse a la puerta. La puerta se abrió, dejándome ver a una Adalia algo despeinada, y dormida.
—¿Estas sola?— Asintió, dejándome pasar.
—Sí, ¿paso algo?— Preguntó.
—¿Ahora resulta que no puedo venir a hablar con mi novia? Y no, no paso nada— besé sus labios con posesividad.
—Sí puedes, solo qué no me lo esperaba. No fuiste al colegio y no sabía nada de ti. ¿Ya cenaste?— asentí.
—Vine para dormir contigo, quiero dormir abrazándote— La acerque a mi, tomándola por cintura.
Se alejo de mi, pero no tanto.
—Sólo dormir, sabes que...
—Puedo esperar— La volví a acercar a mi —pero no tanto— amenacé
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[✓] Clínica ©
De Todo«historia corta» Él miró la mesa donde se encontraba aquella desconocida, aquella chica que no podía sacar de su mente. Solo iba a esa sala para verla. Odiaba cómo los demás la miraban. Miró sus puños, que ahora tenían un poco de sangre. Hace pocos...