Narrador Omnisciente
Adalia estaba en su clase de matemáticas, anotando lo que decía su profesora. Se escucho un golpe en la puerta, luego de eso, entro la directora, saludo formalmente y se dispuso a hablar con la profesora. La directora era joven, no pasaba de 39, morena de ojos chocolates, muchos chicos se habían "enamorado" de ella, de la señora Blake. Unos minutos después de haber hablado con la sra Smith, se marcho.
—Señorita Monroe, la señora directora la busca. Vaya en este momento— Menciono esta y se empezó a escuchar murmullos de los alumnos, era muy raro que llamaran a Adalia.
La pelirroja salio de su clase, pensando el por qué del llamado. Además, pensaba por que hoy su novio no la había ido a buscar, algo que le había parecido muy raro. Sin darse cuenta, ya estaba enfrente de la puerta de dirección. Dio unos golpes a la puerta.
—Pase— Se escucho del otro lado —Ah, pasa corazón, pasa— Le señalo amablemente un sillón que se encontraba al frente de un escritorio. Sin protestar, se sentó.
—¿Paso algo? ¿Hice algo mal?— Cuestiono apresurada la joven.
—Oh, no, no. Queria consultarte algo— Ella la miro, curiosa —¿Usted es pareja del señor Lombardo?.
La pregunta la tomo por sorpresa, ya que no se imaginaba que le iba a preguntar eso. Aun así, le contesto.
—Sí, ¿pasa algo?— Volvió a preguntar.
La directora la volvió a mirar, pesando el porque alguien dulce como Adalia, podía salir con alguien tan mierda como Alvaro. Lo que la mayoría nos preguntamos. Suspiro y volvió a hablar.
—¿Sabe si tuvo algún problema? ¿Algún familiar, amigo? O si peleo con usted.
Esta negó confundida, no entendía absolutamente nada. La señorita Blake noto su confusión.
—Señorita, el señor Lombardo entro drogado a la institución.
***
Adalia recorrió los pasillos de color café del hotel donde vivía su novio, estaba muy enojada, apenas había salido de la institución se dirigió a allí. Dio varios golpes a la puerta de Alvaro.
—Alv...— Se callo al ver que no era Alvaro, sino, un moreno, teñido y alto —¿En donde esta Alvaro?— Cuestiono Ada.
—¿Tu quién eres?— Brad la analizo de arriba, hacia abajo. Parece una muñeca de porcelana, frágil, pensó este.
—Soy su novia. ¿Él esta?.
Pobre, volvió a pensar y asintió, dejándola pasar.
Susurro un "gracias" y entro al departamento
Alvaro escucho que alguien había entrado y se dio vuelta, encontrándose con la figura de su novia. Sonrió, e intento abrazar a su novia, esta se alejo, cruzada de brazos.
—Hey, amor— Toco su brazo
—Ay, ¿¡Como se te ocurre entrar drogado!? ¿¡Estas consiente de que te pueden expulsar!? ¿¡Como mierda podes estar tan tranquilo!? ¿¡Como mierda podes consumir esa porquería!?
Él se quedo atónito, Brad también, inclusivo Adalia esta sorprendida de su valentía.
Alvaro la agarró del brazo, fuertemente.
—Primero, eso a tí no te importa, segundo, es mi vida, hago lo que quiera y tercero— Miro el cuerpo de la chica, y negó —sabes que no me gusta que te pongas esas clases de shorts, ¿no?.
Dijo lo más calmado que pudo, mientras que ella lo miraba idiotamente.
—¿Es tú vida?, perfecto. Yo ya no formo parte de ella entonces.
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[✓] Clínica ©
De Todo«historia corta» Él miró la mesa donde se encontraba aquella desconocida, aquella chica que no podía sacar de su mente. Solo iba a esa sala para verla. Odiaba cómo los demás la miraban. Miró sus puños, que ahora tenían un poco de sangre. Hace pocos...