Bienvenido a tu nuevo hogar

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Aquél pequeño cordero al que brindas tu mano puede que sea un hambriento lobo disfrazado.
No confíes ni en tu propia sombra, todo lo que se ve no es lo que parece.

-Hydra

Todo aquél que pasara por el pasillo de la última gran habitación de ese hotel era testigo oyente de lo que realmente pasaba entre esas dos personas.
En aquella habitación se podían divisar a lo lejos los pequeños  jadeos audibles por parte del peli negro.
Razón, tenía a un peli rosa encima suyo tocándole descaradamente cada centímetro de su esbelto cuerpo.
S-sukuna, para ya..
Rogaba el azabache sin respuesta alguna haciendo que este apriete levemente sus labios para evitar sacar sonido alguno.
El contrario al notar aquello de repente tomó desde las caderas los pantalones del más delicado y los jaló hacia abajo sacándoles por completo y con una mano tomó sin pensar el miembro ajeno, dando por consecuencia un fuerte jadeo por parte del de ojos azules.
¡SUKUNA!
Soltó en tono de gemido para seguido despertar de golpe.
Tenía la respiración exaltada, su pecho subía y bajaba sin parar mientras de su cuerpo recorría leves hilos de sudor sin descanso.

Después de unos cuántos segundos para calmarse, aquél peli negro alzó la mirada hacia la puerta chocando con los ojos escarlata del causante de su mal sueño.
Palideció al verle allí, sin moverse, con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro en tono de burla Mierda, escuchó todo  fue lo único que pensó.
Desvió la mirada por un momento, quería que la tierra se lo tragara.
El silencio en la habitación crecía y crecía, la incomodidad por parte del de cabellos negros era inmensa, no obstante el de cabellos rosa parecía gozar aquél momento.
Unos cuantos momentos después una fuerte carcajada interrumpió el ambiente, Fushiguro miró confuso nuevamente al causante de tal interrupción pero ya le tenía encima suyo aprisionando le la salida con una mano en cada lado de su cabeza.

¿A dónde piensas escapar nuevamente, Fushiguro?
Eres mío.
Dijo en un tono realmente escalofriante para seguido besar con cuidado la mejilla ajena dejando a un anonadado azabache pensando por un momento ¿Nuevamente..?,  ¿Es bipolar..?  Era lo único que deambulaba en su cabeza.

Nadie pensaba escapar.. Señor.
Habló seriamente, Megumi debía darse un premio a mejor actuación, pues pese se veía inquebrantable por fuera temblaba cual Venado ante aquél tigre salvaje.

Después de lo dicho por parte del Fushiguro aquella pequeña sonrisa fue esfumada de los labios del de cabellos rosa instantáneamente mientras de sus ojos tornaba de felicidad a tristeza en un respiro.
Para tí soy Sukuna, pensé que ya habíamos hablado..
Espeto un tanto herido.
Sin más se paró rápidamente de aquella cama y se dispuso a ir hacia la única salida de la habitación, parando repentinamente en el marco de la puerta dándole la espalda al contrario.
En la mesita de noche está tu ropa, cámbiate y ven a cenar.
Desde ahora dormirás, comerás, vivirás y despertarás en este lugar.
Eres mío y por ende toda la mansión es tuya.
Bienvenido a tu nuevo hogar, Fushiguro Megumi.
Sin más dejó la habitación sin decir una otra palabra.
Dejando a un peli negro con la boca levemente abierta.
Miró su cuerpo por un momento, sus muñecas y manos completamente curadas. ¿Pero cómo?
Ni en un millón de años pensó que Ryomen Sukuna, el mafioso más buscado en Tokio fuera a decirle o hacerle eso.
Quedó un momento pensativo hasta que por fin se recordó de lo que debía hacer.
Tanteó rápidamente sus ropas antiguas sin poder conseguir nada, ya preocupado dirigió su mirada a la mesita de noche donde se suponía esté su ropa y.. ALLÁ ESTÁS, dios.. Tomó rápidamente su celular y verificó la lista de llamadas.
20 llamadas perdidas.. maldición Llamó cuanto antes al número marcado mientras del otro lado de la línea contestaba una voz algo rasposa.
Y bien. ¿Ya empezaste con el plan para nuestro superior?
Dijo en tono de burla aquella persona del otro lado de la línea.

Sí, Naoya. Sacaré todo lo que pueda de información de Ryomen, no te preocupes y ya no me jodas.
Espetó realmente molesto, sentía que dudaban de su trabajo y habilidades sólo por ser un Omega.

De acuerdo, Detective Fu..shi..gu-
No pudo terminar palabra alguna debido a que el de cabellos alborotados colgó de golpe.

Fushiguro tomó aquellos pantalones y se los puso rápidamente seguido de su camisa.
Todo está nuevo.. ¿Eh?  Se repetía mientras olía las prendas puestas con detenimiento, debía admitir que era un olor muy tranquilizador.
Sin darse cuenta se sumergió por unos momentos en ella quedándose allí un par de minutos.
De repente el sonido de unos leves golpes en la puerta le interrumpieron y dejó lo que estaba haciendo para sí dirigirse a ella y abrirla lentamente sacando su cabeza nada más.
Su mirada se topo con la figura del mayordomo de Sukuna, un chico de cabellos blancos y un tono rojo hasta la nuca.

Fushiguro-sama, Sukuna-sama le espera en el comedor.
Habló tranquilamente para seguido retirarse no sin antes brindarle una corta reverencia.

Bien.. Empecemos el plan soltó un pequeño suspiro y se dirigió hasta el lugar acordado.

Bien, por fin vine a actualizar, pido disculpas por ello.
Prometo actualizar seguidamente este y el de Cómo domar a un Tigre salvaje.
¿Qué les parece?
Siento que no se lo esperaban este giro de la trama, ni yo pero me inspiré.
¿Qué creen que pase?
Nos vemos.

-Hydra

Eres mío || SukufushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora