Nunca se te ocurra darle la espada a nadie, mientras más confíes en las personas más oportunidades les das para atacarte por la espalda
-Hydra
Las gotas de aquél caliente y espeso líquido rojo escarlata cayendo sin pudor alguno sobre el sucio piso de aquella hacienda nombrada Zenin era el único sonido audible en todo el lugar.
Sukuna quien se encontraba sentado con ambas piernas separadas sobre un montículo de cadáveres inmóviles puliendo su hermosa pero letal katana bañada completamente en sangre, lustraba cuidadosamente con alguna tela sucia que se encontró al rasgar la camisa de una de sus víctimas mientras despojaba su asquerosa alma del cuerpo pecador de cada uno de los presentes.
Ya totalmente limpia de cualquier impureza la llevó con delicadeza a su estuche con una de sus manos mientras con la otra se iba introduciendo dentro de su bolsillo izquierdo sacando uno de sus tantos habanos favoritos acompañado de su viejo yesquero. Lo prendió y guardó rápidamente este anteriormente nombrado nuevamente en su bolsillo, soltó una fuerte calada y miró al cielo, aquél melancólico paisaje de un atardecer precioso.-Me encantaría que vieras este hermoso paisaje a mi lado, mi adorado omega. Pronto estaremos finalmente juntos y ahora nadie podrá interponerse en lo nuestro-
Dicho así tomó entre sus dientes su habano mientras observaba el interior de la hacienda.
-Con que aquí se esconden aquellas asquerosas ratas de mierda. Iré a darles una visita-Con la única mano libre que tenía la ubicó dentro de su chaleco platinado sacando de esta un revolver 32, le miró con gula imaginándose cada bello sonido de bala que su amada arma podría dar mientras daba impacto en los cráneos de sus enemigos.
-Que empiece la matanza.. Naobito. Esto apenas comienza-
Espeto para seguido adentrarse mucho más a las instalaciones sin dudar.No obstante a un par de cientos de metros se encontraba la casa principal de toda la hacienda. Dentro suya se podía ubicar a un pequeño grupo de hombres sentados en una mesa totalmente preocupados sin saber qué poder hacer.
-Yo opino que nos retiremos del lugar, total podemos hacer otro.
Dinero es lo que nos sobra-
Dijo totalmente despreocupado con una leve sonrisa burlesca plantada en su rostro un joven de cabellos crema con negro.-¡No seas imbécil, Naoya!, mejor simplemente nos rendimos y ya. Ese demonio no nos perdonará esta-
Se coló un anciano a decir mientras caminada de un lado a otro en aquél cuarto.-Silencio todos, lo esperaremos-
Naobito tomó el puente de su nariz dando un corto masaje pensando en cuál podría ser su próximo movimiento.
-Mientras tanto, Naoya. Tú ve al frente y mata a ese bastardo. Si lo haces serás el próximo líder del clan Zenin-
El de cabellos de pudín sintió como una descarga eléctrica le chocaba en el cuerpo, un cable dentro de su cerebro soltó una chispa haciéndole parar como resorte de aquella mesa e irse fuera de la habitación cerrando la puerta con fuerza.
-Si lo mata, vamos a asesinarlo apenas pise un pie aquí. Terminamos ganando doble, pero si Sukuna lo mata primero me temo que se nos habrá adelantado y tendremos que luchar-
Los demás en aquella habitación sólo asintieron con malicia ante aquellas palabras.No muy lejos de la zona Naoya se encontraba con una guadaña en una mano y a su vez con la otra sostenía una pistola de bolsillo mientras se dirigía a paso no tan lento la zona donde se supone estaba Sukuna. Unos cuantos minutos llegó por fin al lugar que se suponía estaba ubicado.
-Con que así eres en persona, tú eres esa mierda a la que todos llaman demonio.. No es nada de otro mundo, me decepcionas-
Espeto el Zenin con arrogancia escupiendo cada palabra ganándose la sonrisa burlesca por parte del de cabellos rosados.-¿Y tú eres..? No tengo tiempo de luchar con la servidumbre de este sucio lugar, sólo porque me das risa apura tu maldito monólogo y te mataré-
El de ojos rubíes sólo se sentó en una de las sillas a su lado y esperó mientras desenvainar su hermosa katana.-Soy el magnífico Naoya Zenin, próximo líder Zenin. Tu asesino.
Aunque dudo alguien de tan baja categoría como tú tenga el privilegio de saber quién soy-
Lo último lo detalló con gozo haciendo que Sukuna negara sin borrar su sonrisa.-¡Oh!, Naoya Zenin, sí me suena.
Exclamó el tipo de tatuajes mientras sonreía de media Luna.-¿Y qué sabes exactamente de tu mayor, mhm~?-
Una sonrisa ladina y ojos brillantes desesperados por su respuesta era lo único notable en el rostro del bicolor.-Eres la sucia perra que llamó a mi cachorro, ¡Aún recuerdo como con tan sólo escuchar mi voz andabas temblando jaja!, Ya veo que eres muy gracioso, payaso personal de los Zenin-
Naoya sentía como su sangre hervía, sus dientes apretaban y rechinaban sin parar, su pecho no cesaba de bajar. No podía creer el descaro de ese tipo.-¡Maldita sea contigo, ya muérete!-
Dicho así tomó con fuerza su arma apuntando le rápidamente a Sukuna y disparando le a su pierna.-¿De verdad crees que con este insignificante rasguño podrás conmigo?, Pff-
El de cabellos cerezo sólo suspiró por la sensación en su pierna.
Mierda, dió en un área comprometedora pensó mientras observaba como su pierna no paraba de sangrar.
-Se acabaron los juegos, niño.
Quiero la cabeza de cada Zenin adornando mi hermosa pared-
Dicho así para seguido apretar el agarre de su espada. Ya cuando se abalanzó en atacar ni Naoya ni nadie se lo pudieron esperar pues ya estaba con su espada sobre su cabeza a punto de dar su golpe final pero nunca se dió.
El impacto de una bala en su hermosa arma hizo eco haciendo que se desprenda inmediatamente de sus manos cayendo a varios metros lejos de ambas personas.
Tanto Ryomen como el Zenin se encontraban sin habla, no entendían ni sabían de dónde salió aquella bala.
Pero otro impacto de bala en el techo de aquella morada les hizo mirar al mismo tiempo hacia aquél lugar.-¡..Tú!
Continuará..
...
Holaa, literalmente meses después, desde el año pasado no actualizaba, un placer.
No se marchen y avancen al próximo capítulo que por la espera les actualicé doble.
PERO ANTES, ¿Quién creen que sea?, ¿Qué piensan que pase?, ¿Dónde anda Memi?, ¿Será que tendrán su final felíz próximamente?
Pronto lo sabremos.
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Eres mío || Sukufushi
RandomEl fuerte olor a cigarrillo acaparaba el lugar, los gritos sin cesar de aquellas personas no dejaban escuchar, aquellos grilletes en mis manos comenzaban a lastimar mis débiles muñecas ensangrentadas. Con la poca energía que me quedaba alcé la mirad...