Decisión, Huracán a la vista

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No confíes ni en tu sombra, por más buena que tenga su intención puede verse como la mierda ante los demás.

-Гидра ∆


Megumi quien se encontraba boca arriba observando el techo y dos pendrive en sus manos estaba solo en aquella fría habitación, callado pensando una buena manera en cómo sacar la información de Ryomen e irse lejos de esa mansión.
Sus planes eran sencillos, uno de ellos se supone Sukuna tenía una reunión con el clan Kamo por una exportación de mercancía a base de cocaína, entonces sería sencillo ir a su oficina, meterse en su base de archivos y sacar todo para luego volver a su vida normal como detective, sólo que esta vez sería ascendido por su gran trabajo. "Por fin demostraré que los Omegas son dignos de puestos fuertes, pero.. ¿Por qué me duele tanto el pecho?, ¿Será por ese sueño de aquella noche?"

Pero su cuestionamiento fue interrumpido por el sonido de la puerta siendo tocada.
¿Megumi, puedo pasar cariño?
Habló un Sukuna en tono lastimero.

Este pelinegro al escuchar aquello escondió los dos pendrive que portaba en su mano a sus bolsillos y se sentó lo más disimuladamente posible en la cama.
Pase.
Fue lo único que dijo para seguido ver como el hombre tatuado entraba a la habitación tirándose encima de Megumi.

¡Fushiguro Megumi!, no quiero ir. Quiero quedarme aquí con mi bello Omega.
Exclamó en un tono parecido a un berrinche de algún bebé casi haciendo un leve puchero.

"Adorable.. No" Debes ir, Alfa.
Intentó ser lo más dulce posible pero su pecho dolía por tales mentiras próximamente.

¡LO QUE DIGA MI HERMOSO OMEGA!
Dicho así depositó un casto beso sobre la mejilla del menor(Ya que sabía que por alguna extraña razón Megumi no quería aún tener su primer beso y Sukuna lo respetaría hasta que esté listo) y salió rápidamente del cuarto con las mejillas color cereza.

Mierda.. ¿Qué haré?
Expresó mientras se tomaba con ambas manos su cabello y daba un fuerte masaje a su cuero cabelludo.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

Ya en la noche de aquél día después de que el carro donde se encontraba Ryomen se fuera a refunfuños ya que quería estar con su Omega, Megumi al asegurarse que nadie le estaba viendo fue con total cautela a la oficina de Sukuna.
Abrió lentamente la puerta y entró con sumo cuidado hasta llegar al escritorio.
Fue y se sentó en este abriendo la computadora del chico de Tatuajes donde se suponía se encontraba toda la información.
Sacó uno de los drive en su bolsillo y lo introdujo en la casilla de los drive.
Bien.. ¿Por dónde empiezo?
Habló con la voz entrecortada y las planas temblorosas, algo dentro suyo le pedía que por lo más sagrado del mundo no lo haga.

...

No obstante en otro lugar se encontraba un decaído Sukuna completamente bañando en sangre pensando sólo en qué estaría haciendo su Omega, la reunión fue realmente rápida y ya iba de camino hacia su hogar junto a su copito de azúcar.
El imaginarse junto a él, abrazados durmiendo le hacía latir fuertemente el corazón.
Uraume, acelera. Ya quiero estar con mi Omega.
Habló mientras tomaba con una mano aquél ramo de rosas y con la otra mano una caja de bombones de chocolate.

Sí, Sukuna-sama, enseguida llegaremos a la mansión.
Sentenció inexpresivo como siempre.

Ya al llegar Sukuna salió lo más rápido del auto mientras su fiel sirviente lo fue a aparcar.
Abrió silencioso la puerta y entró callado hasta la habitación de Megumi para seguido tocar.
¿Amor?
Esperó unos cuántos segundos pero no hubo respuesta alguna.

Algo asustado abrió la puerta topando se con el vacío.
"¿Dónde estará mi pequeño?"
Pero en sonido de su Omega hablando proveniente de su oficina le hizo sonreír.
"Me está queriendo hacer una sorpresa.."
Dicho así corrió rápidamente pero silencioso hacia la puerta de aquella habitación para sí pegar su oreja en la puerta para poder escuchar con claridad todo.

En aquella habitación se encontraba el de ojos azules hablando por teléfono mientras caminaba en círculos por toda la extensión de habitación.
Sí, Naoya. Ya te envié todo el material de aquél pendrive a tus cuentas, hoy mismo me largo de aquí. No quiero ver como destrozan a Ryomen con toda la información que te acabo de pasar.
Habló con total frialdad, tanto que hizo quebrarse algo dentro del de cabellos rosa.
Pero algo que sólo Megumi sabía es que eran dos planes, sí. El segundo era que tenía dos pendrive y el que le envío a Naoya fue uno con archivos basura que solamente se encargó de cambiar el nombre a todos llamándose "Ryomen Sukuna", a parte borró en el otro drive lo único de información que había de Sukuna hasta ahora, ya no tendrían cómo joderlo.
Todo este tiempo solamente buscó en el aparato de Ryomen al clan Zenin y resultó ser el enemigo de Sukuna en ventas ilícitas y ahora ya no caería en su sucio juego siendo su maldita marioneta.

Bien hecho, detective Fushiguro.
Ya saca tu sucio trasero de esa mansión y vuelve a tu oficin-
Pero no pudo terminar oración alguna ya que escuchó el fuerte golpe de algo siendo azotado contra la pared.
¿F-fushiguro?
Preguntó con miedo, pero no obtuvo respuesta alguna.

Al otro lado de la llamada se encontraba un peli negro siendo tomado bruscamente por el cuello por el de cabellos rosados.
Eres un Maldito..
Hablaba el de ojos rubí entre dientes totalmente herido.
Apretó un poco más su agarre a su cuello y con su mano libre tomó aquél teléfono para seguido contestar.
Escúchame pedazo de mierda, dile a tu padre que iré personalmente al clan Zenin y me llevaré de premio su maldita cabeza empalada, esta es la última vez que me faltan el puto respeto.

P-per-
La llamada ya no se escuchó más, Sukuna colgó dejando a un tembloroso chico de cabellos pintados.

Ya nuevamente en aquella habitación se encontraban aquellos dos seres.
Megumi quien estaba ya suspendido en el aire por la fuerza de su agarre le estaba empezando a dificultar respirar, miró fijamente los ojos bañados en lágrimas de Ryomen en forma de plegaria y este le soltó al instante cayendo de golpe al piso en seco haciendo que Fushiguro por fin pueda respirar.
De todas las personas en el mundo.. Tuviste que ser tú el que me volviera a traicionar.. Todo lo que tengo, mi dinero, mi casa..

Sukuna, yo.. Déjame explicarte.
Intentó hablar pero fue en vano.

¡TODO FUE PARA DARTE UNA VIDA DIGNA CUANDO TE PUEDA VOLVER A ENCONTRAR!
Soy un completo estúpido. Desde que éramos niños y me abandonaste al día siguiente que me prometiste no dejarme te estuve buscando, busca y busca hasta dar contigo en aquella subasta, no tienes idea de lo que pasé siendo un chico de la calle para llegar a donde estoy, y todo por ti.. Me aguanté tu rechazo, tus sentimientos porque te Amo pero esto..
Sukuna quien no paraba de llorar miró fijamente a ese Omega frente suyo, su pecho no paraba de doler y sus lágrimas no terminaban.

No permitiré que te vuelvas a escapar de mi lado, Megumi.
Le tomó del cuello de la camisa y le llevó con toda su fuerza a una habitación cerrada con llave. Abrió esta y metió dentro a Megumi para si cerrar con seguro.
Espérame aquí, tengo asuntos que arreglar con la familia Zenin, aquella que te abandonó.
Uraume, asegúrate de que no escape, vendré pronto.
Habló hasta salir de aquella mansión.

¡SUKUNA, ESPERA VEN ACÁ!
NO VAYAS POR FAVOR.
Suplicaba entre golpes a la puerta Megumi en aquella habitación oscura.
Ya al escuchar como se marchaba en su auto dejó los gritos y empezaría a buscar algo, alguna manera de salir del lugar y llegar donde el Alfa.

Empezó a palpar las paredes de la habitación hasta topar se con el encendedor de luz.
Lo pulsó y lo que se encontró le dejó con la piel helada.
¿Qué..?


...




Por fin actualicé.
¿Qué creen que Memi encontró?
Lo sabremos en el próximo episodio.
Los quiero, se me cuidan.

Eres mío || SukufushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora