Capítulo 5: Cuervos En La Iglesia

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En una zona más alejada del pueblo, siendo más precisos en una de las tantas fábricas abandonadas de por aquí, un grupo de jóvenes demonios salían de la instalación tras haber tenido lo que parece ser una pelea en el interior.

Si prestamos atención, podemos darnos cuenta que algo mantenía angustiados a 2 de los 4 miembros, y era la seguridad de un buen amigo y senpai.

—Por Satán Akeno, exageraste de nuevo con el renegado— la pelirroja estaba reprochándole a su reina... ella solo reía con un sonrojo.

—Ufufufu, quería ver cuánto dolor podía resistir~— lamiéndose los labios y teniendo una mirada lasciva, la chica no mostraba ninguna señal de arrepentimiento... sin duda es una sádica total.

—Ahh, no tienes remedio— la líder Gremory sabe que es mejor dejar las cosas así... por el bien de todos y sus lados sanos —Yūto, Koneko... deben practicar más sus técnicas de ataque—

Rias esperaba escuchar mínimo un asentimiento de su caballero y torre, pero en su lugar ninguno habló y mantenían su mirada sobre el suelo... la preocupación en ellos era evidente pero, ¿por qué y de qué?

—Koneko, Yūto— hablando un poco más fuerte, ahora si consiguió sacar a sus esclavos de su mente y voltearon a verla —¿Oyeron lo que les dije?—

—Lo siento Buchō... tenía mi mente en otras cosas—

—Pensaba igual que Yūto-senpai—

La chica de cabello carmesí sospechaba que esto se debía por un joven castaño, y lo mejor que se le ocurrió fue acercarse a los dos para darles un abrazo reconfortante.

—¿Es por Hyōdō-kun, no?— al parecer dio en el blanco cuando mencionó al joven de ojos color miel ya que sintió como ambos se estremecieron levemente... ella cuida mucho a sus siervos —Si envió a mi familiar a vigilarlo más seguido, ¿estarían más tranquilos?—

—Buchō...— murmura la más pequeña de ellos, quien estaba apenada por las acciones de su ama.

—Los comprendo, admito que yo también le he tomado aprecio— era inevitable para la presidenta del CIO no encariñarse un poquito del joven; las veces que hablaban siempre era amable, sin segundas intenciones al hacerlo pero sobretodo la ha tratado como otra mujer común de su escuela... no lo decía pero era algo que tenía en alta estima —Es más, ¿quieren que lo invite mañana a la sala del club a tomar el té?—

—No queremos incomodarla Buchō— Kiba no quería aprovecharse de la buena voluntad de su rey... pero le gustaba esa idea.

—No es molestia, de paso lo conocemos mejor y nos aseguramos de que no corra riesgos con los caídos— Rias usaría esta oportunidad para que sus fieles sirvientes dejaran de preocuparse tanto por el castaño... y puede intentar persuadirlo a entrar a su séquito; ella tiene en cuenta que su nivel de magia es más alto del humano promedio, así que 2 peones deberían bastar, y con el entrenamientos adecuado podría ser muy fuerte —¿Qué opinan?—

—...Gracias Buchō— respondieron los chicos demonio al unísono... ambos agradecen tener a una ama que los escuche y se preocupen por ellos.

—Ara ara, conque Hyōdō-kun ira mañana al club, ¿eh?— Akeno, quien permaneció callada viendo la escena, se tocó la mejilla a la vez que pensaba en unas cosas que probaría con el castaño... varios dirían que no es nada malo, pero su peculiar tono de voz no dice lo mismo.

—Uhh, si ya está aclarado, regresemos— con el asunto resuelto en parte, la heredera Gremory junto con su nobleza proceden a retirarse del solitario lugar... espera que su mejor amiga no haga nada extraño y se comporte mañana.

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