Capítulo 34.

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- ¡Cuidado!

Yibo fue al encuentro de la bruja para detenerla en su camino hacia la anciana. Se interpuso entre ellas causando que le capturase con sus largas uñas arañando su piel.

Zhan quería ir a salvarle pero estaba demasiado ocupado. El alfa del brazo herido estaba debajo de él otra vez pero, cada vez que estaba a punto de acabar con su vida, el hijo del jefe le ayudaba y el lobo debía retroceder. Por otro lado, la hechicera seguía usando su magia para mantener a raya al padre del omega por lo que no podía hacer nada.

- Eres muy especial, sí - dijo la bruja con su desagradable voz en el oído del castaño. - Utilizaré cada parte de ti para mejorar mis hechizos - rió agudamente.

Estando en esa posición, el menor vio como el otro omega comenzaba a despertarse y se levantaba un poco mareado. Este observó la pelea que se libraba en el salón y le entró miedo, pero ese sentimiento se fue siendo reemplazado por la ira al ver como la anciana apresaba al castaño.

Sus miradas se encontraron pero la del cautivo se desviaron rápidamente a otra parte, a una cuerda que colgaba de un pilar de la habitación. El contrario entendió que quería y se puso en marcha.

- No te saldrás con la tuya, ni tú ni él - se refirió al jefe quién en esos momentos estaba totalmente desaparecido.

- No seas ingenuo, los demás están ocupados y no pueden salvarte. Sois tres pero ahora mismo eres solo uno.

- Te equivocas contando - sonrió el menor confundiendo a la mujer. - No somos tres, sino cuatro.

Yibo pisó con fuerza el pie de la bruja mientras le daba un cabezazo obligándola a soltarlo.

- ¡Jia, ya!

Avisó al adolescente que estaba tras la mujer y este pasó la cuerda por su cuello. Ambos omegas la empujaron hasta que chocara contra una de las columnas y tiraron con fuerza cada uno de un extremo. La bruja se retorció buscando liberarse pero el cabo era lo suficientemente grueso como para que no se rompiera con facilidad. Poco después su garganta emitió sonidos de ahogo y asfixia hasta que su cuerpo dejó de moverse. Se habían librado de uno más.

Mientras tanto, la hechicera seguía apretando poco a poco al padre de Yibo contra la pared ocasionando que esta hasta comenzara a agrietarse. Podría terminar con su vida en un segundo pero tenía claro que lo haría sufrir, se lo debía a su hija y a su nieto.

- Le hiciste la vida imposible a mi hija.

- Yo la amaba - respondió como pudo.

- Mentiroso, si de verdad lo hubieras hecho alguna vez, algún maldito segundo, no tratarías de esa manera a Yibo. Él es lo único que te queda de ella y ¿así lo tratas? Eres tan despreciable como lo era tu padre - gruñó fortaleciendo su agarre.

A unos pocos metros, Zhan logró al fin morder el cuello de uno de sus contrincantes quedándose ahora frente a frente con el joven del cuchillo. Era un rival duro de roer y sabía que su lucha sería larga e intensa. El lobo se abalanzó contra él casi consiguiendo herirle el brazo, sin embargo el contrario fue más rápido y se apartó a tiempo.

- Eres un perro asqueroso - le insultó.

El negriblanco enseñó más sus dientes y rugió sin dejar de prestar atención al arma que el contrario sostenía. Justamente con ese objeto fue con el que el chico lanzó su ataque haciendo retroceder al canino. Zhan esperaba a hacer un contrataque cuando fallara de nuevo en su intento.

Así pasó y, con un giro rápido alrededor de él, hizo que cayera hacia adelante mordiendo su brazo para que soltara el cuchillo en el suelo. Lo consiguió pero su rival fue muy inteligente y lo lanzó hacia su otro lado tomándolo con su mano libre. Velozmente, le hizo un corte al lobo con el filo en su pata delantera.

𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora