¿Qué preparaste?

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~Bakugo~

Unos días después de que Kirishima le dijera que quería presentarle a su madre decidió volver a casa de sus padres, no tenía ganas de verlos pero quiere hablar con ellos, quiere contarles que sale con un chico maravilloso que lo hace feliz, la peor parte no es admitir que ama a un chico, eso probablemente ya lo saben, la peor parte es admitir que esta feliz, que no puede evitar reírse al ver su celular por ver un mensaje del pelirrojo, que está nervioso y ansioso por la idea de tener sexo con él, que por primera vez no tiene un plan y simplemente no le importa. Toca la puerta de su casa intenta, no suspirar o parecer diferente.

—¿Qué ya no tienes llaves de esta casa? —su madre es quien abre la puerta.

—Las tenía, pero alguien cambio la chapa —su actitud es heredada o quizá aprendida, seguramente al mitad mitad le gustaría inspeccionarlo buscando una respuesta, o quizá su terapeuta pueda decirle que no es ni una ni la otra, quizá es una combinación de ambas. —¿Me vas a dejar pasar o no?

—Solo si haces la cena, tu padre y yo estamos cansados —se hizo a un lado para dejarlo pasar.

—Bien, de cualquier forma, quería cocinar hoy —esas palabras solo causaron una mirada expectante de parte de su madre.

—Gracias —la mujer quería "pelear" un poco más con él, pero se veía con tanta paz que no quiso interceder, además sabía que el cocinar era una catarsis para su hijo.

La cena fue algo sencillo, solo algunos omelette, le gusta prepararlos, son fáciles de hacer y no quería lucirse con algo más, de otra forma notarían su nerviosismo.

—¿Cómo ha estado la escuela? —su padre era tan calmado como siempre, quizá Freud no estaba tan equivocado, al demonio con él, esto no tenía que ver con ninguno de sus padres.

Se limita a contestar un simple —Bien.

—¡Ya suéltalo, mocoso! —su madre se desespera y le grita al igual que él lo hizo con el pelirrojo hace algunos días. —Se nota que viniste a hablar con nosotros ¿Qué es lo que pasa? ¿Te metiste en problemas? ¿Vas a ir a prisión? ¿Quieres dejar la escuela? ¿Eres gay?

—Sí... A la última, las primeras aún no han pasado, pero aun joven y nunca dudaría en golpear a un policía —trata de hacerlo como una broma, quiere alejarse de la irritación que lo caracteriza, piensa en lo que haría su novio. —Sé que ambos lo sabían desde hace mucho, así que no es una sorpresa.

—Sí, lo sabíamos —a pesar de todo su padre aun mantenía la calma. —Entonces ¿Qué es lo que tienes que decirnos?

Katsuki tuvo que tomar un largo suspiro antes de poder hablar. —Conocí a alguien... Es un buen chico, del tipo que llora en películas infantiles —se esfuerza por no sonreír como un idiota al pensar en el pelirrojo. —Me pidió ir a conocer a su madre y yo... Me gustaría tal vez traerlo algún día, pero aún no estoy seguro.

—Maldita sea mocoso, tienes que decirnos estas cosas ¿Nombre?

—Eijiro Kirishima, no sabía si iba a funcionar a tal punto, aun ahora no lo sé.

—Esta bien no saber esas cosas.

—Sí, eso era todo lo que quería decir, me iré a dormir, espero que aun no se hayan desecho de mi cuarto.

—Katsuki ¿Sabes porque supe que tenías algo importante que decir? —su padre le sonrió con tranquilidad, el rubio no quería demostrar lo mucho que quería escuchar la respuesta. —Cuando estas ansioso cocinas, en especial para las personas que amas, la primera cosa que nos preparaste fue un omelette, por eso nos gustan tanto, espero que ese chico aprecie lo primero que le hayas cocinado —la mente de Katsuki viajo a ese momento en el que Kirishima despertó después de aquella fiesta, se veía como la mierda y el le sirvió un simple omelette, el chico le sonrió un poco tímido y avergonzado al recordar que vomito en sus zapatos.

—No fue la gran cosa —sonríe un poco sin poder evitarlo, quiere hablar con Kirishima, se retira de la habitación sin esperar otra palabra de sus progenitores.

—Creo que lo fue —dice su madre sin ocultar su sonrisa tampoco.

Él idiota al que amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora