Charla de dos más uno.

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~Kirishima~

Se despertó muy temprano por culpa de la llovizna, agradeció a la lluvia matutina pues hoy era un día importante, por primera vez le presentaría un novio a su madre, había tenido algunos antes pero ninguno se quedaba mucho tiempo, todos se iban y él solo sonreía, les decía que estaba bien, tal vez eso era parte del problema, pero con Katsuki era diferente, él no buscaba hacerlo sentir bien, o quedarse porque eso lo haría sentir bien consigo mismo, avanzan a un ritmo lento y no lo guía, solo están juntos dando un paso.

Su celular suena, es el mensaje de su novio, ya ha llegado, tienen una hora antes de que su madre llegué, tenía una cita médica, sabe que ella también querrá a Katsuki, después de todo fue quien le enseño a no juzgar a la gente, se dirige lo más rápido que puede a la entrada para recibir al chico rubio, abre la puerta efusivo.

—Hey —es todo lo que dice, entre sus manos lleva un recipiente bien sellado. —¿Me vas a dejar entrar o qué? —sus palabras son poco amables, pero nota un ligero temblor en sus manos, no quiere asumir que esta nervioso, puede deberse a la fría lluvia, él no es bueno para esa clase de clima.

—Claro —se mueve para dejarle pasar. —Dame tu abrigo, puedes dejar eso en la cocina.

—¿Cómo sabes que es comida?

—Obviamente traerías algo... Bueno lo creí obvio.

—Obviamente —se quito el abrigo con cuidado de no soltar lo que tenía entre sus manos, mientras se lo entregaba al chico miro alrededor de la casa.

—Mi madre llegará en una hora, ya te había dicho que hoy tenía una cita en el hospital —ante la pesada mirada de Katsuki solo pudo sonreír. —Creo que ya llegué a conocerte lo suficiente para saber en lo que piensas... Por cierto, te ves muy bien hoy, bueno siempre te ves bien —Bakugo llevaba una camisa blanca de cuello de v de manga larga y unos pantalones negros entallados.

—Mi madre me advirtió que no viniera como vagabundo... Y dijo que cuando quieras puedes ir a conocerlos.

—¿Puedo?

—Será un dolor en el trasero, pero cuando se te antoje ir escuchar un montón de gritos histéricos entre madre e hijo te llevó.

—Por cierto, la comida ya esta preparada, solo debemos calentar.

—Deberíamos hacer algo caliente para tu madre, estos días suelen ser pesados, en especial en hospitales ¿Qué se te antoja?

—Sopa de miso —el pelirrojo se acercó y rápidamente le dio un beso, recuerda una tarde lluviosa cuando deseaba besarlo, pero no pudo hacerlo, sin aviso el beso le hez devuelto, esa sensación de estar en la misma página es algo que adora, algo a lo que quiere aferrarse, lo abraza como para asegurar que están en sintonía, que no es el único deseándolo.

—Solo tenemos una hora —dice sin resistirse al abrazo. —Debemos apurarnos.

—No hay prisa, solo quédate un poco más así.

—Solo un poco... Quiero caerle bien a tu madre, no hagas un escándalo por eso.

—Solo cinco minutos.

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.

.

45 minutos después una mujer de baja estatura en comparación con su hijo abría la puerta, fue un día duro y siente de inmediato como su cuerpo se relaja por el olor que llega desde la cocina, se apresura a llegar a la habitación y puede ver a su hijo de espaldas siendo regañado por su novio, es ligeramente más alto y claramente más delgado, pero su voz retumba por toda la casa, aun así de alguna forma da el aura de ser una buena persona, al menos para su hijo.

—Si no notaron cuando entre, un día de estos se va a meter un ladrón.

—¡Mamá! ¡Llegaste!

—Ves, podría ser un asesino y no te darías cuenta —bromeó la mujer, miró sin ningún disimulo al invitado, y pudo notar un leve y casi sutil temblor en sus manos, en una sostenía un cuchillo y en otra una cebolla. —No le agregues mucha cebolla, no me gusta —Katsuki apretó los labios ante esa afirmación.

—No vas a hacerlo modificar una receta —se burló el pelirrojo.

—¿No? —se dirigió al chico que cocinaba. —¿Ni siquiera por tu suegra?

—No —fue lo único que el chico pudo decir, pero el temblor en sus manos se intensifico un poco.

—Que lastima... Eijiro termina con él —dijo en broma, a lo cual Bakugo no supo reaccionar.

—No puedo, nos hizo un pay de manzana —Eijiro señaló el recipiente con él que llegó el rubio a casa. —También preparó la cena.

—Bien, entonces cásate con él —la mujer levanto su pulgar derecho, Bakugo solo se giró para darle toda su atención a la olla, realmente no podía seguir la conversación.

—Ese es el plan —le respondió el gesto a su madre con su propia mano.

—Kirishima —llamó el rubio, por lo que ambos voltearon a verlo. —Solo él.

—Llámalo por su nombre para no confundirnos.

—Eijiro... Ya está la comida, pon la mesa.

—Claro —se acercó un poco a su novio para mirar su rostro, tenía curiosidad por como era en ese momento. —¿Estas bien?

—No puedo seguir sus bromas —su rostro estaba estoico ante la situación.

—No tienes que hacerlo, así es nuestra relación... Aunque solo la mitad de eso era una broma.

—¿Eh? —por un leve momento el rostro de Katsuki perdió la calma

—Vamos a comer —solo le regaló una de sus tantas sonrisas.

Bakugo no pudo entender aquellas bromas, pero de alguna forma lo hacían sentir bienvenido a aquel hogar.


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N/A: No estoy muerta, espero hayan estado bien, no me maten por desaparecer tanto tiempo.

Él idiota al que amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora