Conversación de dos menos uno.

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~Bakugo~

Era la cena familiar más tumultuosa que había tenido, a pesar de que nadie se estaba gritando como era usual en su hogar, las risas de madre e hijo eran escandalosas, a Bakugo le estaba costando seguir la conversación, incluso Eijiro se veía como alguien callado y reservado a lado de su madre, la mujer le lanzaba un par de preguntas y antes de que el rubio pudiese contestar ya le estaba lanzando veinte preguntas más y solo se reía ante la confusión del muchacho, en especial por su rostro.

Antes cualquiera que lo hubiese tratado así lo habría mandado a la mierda, pero aquella mujer era inexplicablemente agradable, claro que prefería a las personas más serenas o quietas como Yayorozu; pero se sentía cómodo a pesar de no entender la situación en la que estaba, quizá él ha cambiado un poco desde que comenzó a salir con el pelirrojo.

—Entonces ¿Quieres mis recetas? —la mujer lo saco de su hilo de pensamiento, de nuevo debió haber puesto una cara que mostraba lo poco que entendía pues escucho una sonora risa a su lado.

—Ah... Claro —es lo único que puede llegar a decir.

—¡¿Qué en serio?! —su novio parecía totalmente consternado por ello, pero no era a él a quien se dirigía. —Lo siento, es que esas recetas son muy importantes para mi madre.

—Es porque a casi nadie le salen, pero quizá este niño tenga el nivel para hacer el intento —Katsuki no sabía si lo estaba insultando, probando o le agradaba.

—Si es Bakugo seguro lo logrará, él puede sorprenderte —el pelirrojo se levantó de la mesa rodeando a ambos mientras recogía los platos de la cena. —Yo lavo los platos, ni siquiera intenten quitarme.

—Está dejando al novio y su suegra a solas, que cruel muchacho ¿Y aun así lo amas? —otra broma de la mujer.

—No lo hizo a propósito, cuando lo noté se golpeará mentalmente.

—Ya sé, yo críe a ese niño —de pronto toda la habitación tomo un aura de seriedad. —Bueno chico es momento de preguntarlo ¿Qué intenciones tienes con mi hijo?

Si era otra broma no lo parecía, espero por un momento alguna risa que nunca llegó, Katsuki no era ningún cobarde así que solo contesto lo que primero que pensó. —Me quedaré tanto como él quiera que me quede.

—¿Y si de pronto él dice que ya no te necesita o que no quiere que estés con él?

—Si lo dice de verdad entonces lo aceptaré —"aunque duela" pensó; pero no se atrevió a decirlo frente a la madre de su novio. —Sin embargo, si es una mentira tal vez le pateé el trasero y le haga decirme las cosas.

La mujer río una vez más; aunque, esa risa hizo que el cuerpo de Katsuki temblara, fue como escuchar a alguien llorar a la distancia, sintió como si su pecho se contrajera de golpe. —No sé si encargarle a mi hijo a alguien que amenaza con golpearlo sea una buena idea, pero él te escogió así que cuídalo, es algo tonto pero muy bueno.

Bakugo entendió casi de inmediato que algo simplemente no estaba bien, que debía aclarar un par de cosas. —No estoy con él porque sea fácil o me haga sentir mejor conmigo mismo salir con él, quizá a veces puede llegar a ser —se detuvo antes de llamar idiota a su novio frente a su madre. —... Demasiado bueno con las personas, pero sabe cuidarse a sí mismo, y no me quedaré con él solo porque su madre me diga que lo haga, lo haré porque quiero.

Escucho un silbido proveniente de su acompañante. —De verdad que tienes un carácter —volvió a reírse.

—Ese chico no es de piedra, pero es duro... Por eso creo que... —trago fuertemente antes de continuar, se tomó un momento tratando de no cagarla con lo que sospechaba, buscando palabras que no sean tan crueles, directas o rudas. —Creo que si de casualidad alguien que quiere mucho recibió algunas malas noticias en su consulta médica debe decírselo de inmediato, le dolerá, pero no lo quebrará.

Él idiota al que amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora