Multimedia: Low (Flo Rida ft. T-Pain).
Esto no era lo que esperaba.
Mi madrina acaba de hacerme la peor cosa: unir lo mejor que me ha pasado en estos días con lo peor con lo que he tenido que lidiar mi vida entera.
Y si se puede empeorar, ¡se empeora!
Porque Naim estaba sentado rodeado de mi familia, recibiendo todo lo que ellos tengan para decirle. Mis pies no se movían lo suficientemente rápido desde que di mi nombre en la entrada, mi cabeza no reaccionaba como debe ser; quería gritarles que lo dejaran en paz pero estamos en público, en uno de los restaurantes mas cotizados y esa noche, por ser fin de semana, ocupaba cada mesa. No hay sillas vacías y una de las particularidades de este lugar es que es abierto, despejado, ves la mesa mas lejana desde la mas cercana.
Me indicaban el camino hacia la mesa y empezaba a sentirme asfixiada con el cuello tortuga de mi vestido ajustado de algodón gris y hombros descubiertos. Lo halé, permitiendo que respire mi garganta. El anfitrión saludó a la mesa y ahí se percataron de mi presencia.
—Ahora que se encuentran todos, ¿desean que les traiga el menú o prefieren esperar?
—Esperaremos —dije a favor mío, aunque hablé por todos—. Tenemos todo, menos prisa.
Él asintió y nos dio el tiempo que querramos.
Yo no tengo tiempo que perder.
—¿Qué hacen aquí? —siseé, apretando mis dientes—. No voy a preguntar cómo llegaron, porque seguro tú tienes todo que ver —acuso a Cecilie directamente. Veo a Naim para cerciorarme de que está entero—. ¿Te insultaron? Me lo puedes decir.
—No lo hemos insultado —habla Ariel.
—¿Naim?
Me dio una grandamente elaborada sonrisa pícara y confortante que no me creí ni por un segundo. Ni uno.
—Todo bien. —Y los cubría. ¿Por qué?
—Mentira —murmuré incendiándose mi cabeza y explotando un fogonazo en mi pecho. Les volteé a ver a ellos, a los que me arruinan lo bonito que me sucede directa e indirectamente—. Ustedes, los tres truhanes. Quiero que me dejen tranquila.
—¿No nos lo ibas a presentar? —preguntó Sonia, mi madre.
—No.
—Somos tus padres —me recordó con la pasión necesaria para que creas que le importa ser parte de mis relaciones interpersonales.
—Y vinieron a conocerlo porque no podían aguantar las ganas.
—Tu sarcasmo es de muy mala educación.
—Suficiente —intervino Cecilie con cara de piedra—. Así no se resuelven las cosas. Adara, ellos me aseguraron que venían a conocer a Naim y a conciliar contigo.
—¿Ahora hablas por ellos? —me burlé, esperando que me lanzaran que iba a devolver cada golpe.
—Hija —Ese fue mi papá, frunciendo su frente provocando líneas horizontales—. Hablemos.
—Les pedí hacerlo con mi abogada y no quisieron, ¿qué los hizo cambiar de opinión?
—Tu hermano ha puesto sus manos en que esta cena puede ser el punto de partida para empezar de cero, y qué mejor que con este muchacho, que se ve te ha hecho mucho bien.
—Tienes razón —declaré—. Naim le hace bien a cualquiera, pero en lo demás, tienes menos cero puntos.
—No me han tratado mal, pelinegra —dijo Naim suavemente. No me fío y menos con Ariel y mi madre sentados a sus costados, como si fuesen unos custodios.
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Naim, Eres tú
RomanceHabiendo ya entendido que aquella persona de la que está enamorada no lo está de ella, Adara Limale pretende olvidar el asunto; de alguna manera. Y mientras eso sucede lentamente, aparecerá con decisión, fuerza y resistencia un hombre que tiene much...