Volver a casa no iba a ser fácil y eso lo sabían, muchas cosas los esperaban en Jamaisnapolis, cosas que harían el rumbo a su destino, un infierno. ¿Lograrían soportar aquello que los esperaba?
El amor puede contra toda adversidad, ¿Era verdad? El o...
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—Arriba, llego el día...—Un baldazo de agua fría lo despertó repentinamente haciéndolo espantarse ¿Acaso era un perro?
—Debes estar en el gran anfiteatro en una hora, todo el pueblo verá tu cabeza rodar y debes llegar a tiempo.—El guardia abrió la reja y lo tomo por las manos, atándolo fuertemente con una soga, Yoongi gimoteó por el dolor y fue empujado afuera para caminar escaleras arriba. La luz del día logro cegarlo por unos segundos, hacía tiempo que no salía a la superficie o tan solo veía un rostro diferente, después de la muerte de Seokjin, todo había cambiado.
—¡Ya entendí, puedo caminar solo!—Yoongi volteó ante el disturbio cercano y encontró a Jungkook removiendose de el forcejeó de un caballero mientras Jimin era empujado fuera del calabozo.
—¡Hyung!—Jungkook corrió con sus manos atadas al mayor y analizó su estado corporal, llevándose la sorpresa de que se veía muy mal.
—Ven acá, rata escurridiza. —Déjalos, que estén juntos un momento, total hoy los matan.
Todos voltearon a aquel caballero y asintieron pero los chicos se dieron cuenta que era Namjoon, tenía en su poder una espada bastante filosa a la vista y el casco bien puesto. Nuevamente con los forcejeos, pusieron marcha hacía el anfiteatro dónde todo sucedería, donde todo acabaría, caminando por los pasillos del calabozo llegaron a los de servicio y los hicieron esperar un momento.
Una puerta se abrió.
—Vamos, mucha despedida, vaaamos.—Un caballero tironeo de Hoseok mientras otro traía a Taehyung.
—¡Hyun, no se vayan, no me dejen solo!—Bonwha salió corriendo del cuarto y se abrazo a las piernas del rubio.
—¿Bon-Bonwha? —...¡Papá!
El niño de cabellos negros esquivó a los caballeros y se colgó de los hombros de su padre, al no poder rodear a el niño con sus brazos, arrimó su cabeza a el arco de su hombro y lloró allí, el niño seguía teniendo ese aroma igualito al de su padre y se alegró al verlo tan sano.
—¡Quítenselo! —No, no ¡No lo toquen!
Yoongi se puso frente al niño y observó furioso a los caballeros.
No podía morir, no podía dejar a su pequeño así, desamparado y asustado. Aún tenía algo más por lo que luchar aunque fuera lo último que haga. Namjoon, ante la desconcentración de los caballeros, aprovecho y cortó la soga de los chicos con su espada y se movió cerca de los caballeros para no llamar la atención.
—Tan sólo, síganme.—Susurro el pálido.
—Somos muy pocos, no vamos a poder trasladarlos entre nosotros, deberíamos llamar a unos dos caballeros más, ¿no cree-
—¡SE FUERON! —¡Mierda!
En cambio, Yoongi con Bonwha en brazos, llevaba la delantera corriendo hacía el salón real, debían llegar hasta Sooyoung. Hacía días que no se movía de esta manera y aquello le estaba cobrando las consecuencias pero no le dió importancia al cansancio, no cuando quería salvar a su hijo. Una manda de caballeros aparecieron delante de ellos.
