—Es muy molesto, habla mientras duerme y si pide algo, no para de agonizar hasta obtenerlo, suerte.—Dijo una de las siluetas.
—Yo me encargaré, ve con tu familia, ya casi es hora de la cena y deben estar esperándote.—Aquella otra silueta alzó su mano y el otro se alejó.
Seokjin abrió sus ojos completamente, por lo que se veía, había dormido un día completo ya que la luna se seguía viendo por el ventiluz.
—Tengo hambre.
El caballero sentado sobre un banco no respondió.
—Por favor, mi estómago gruñé.
—Lo lamento, aún no puedo traerte comida.
—Al menos una papa cocida, siento mucho frío.—Rogó Seokjin.
El chico—dedujó por el timbre puber de su voz—se levantó y se acercó a la reja.
—Tan sólo si prometes no pedir nada más en las próximas horas.—Se colocó de cuclillas frente a él y Seokjin asintió frenéticamente.
El caballero asintió, se levantó y se fue, subiendo por aquellas escaleras de caracol y cerrando una puerta tras él, al cabo de unos minutos, volvió.
Se acuclilló nuevamente tras él, con algo entre sus manos envuelto en un pañuelo y tras su casco, carraspeó su garganta llamando la atención del castaño. Seokjin gateó hacía la reja y observó desesperado las manos del caballero con armadura de plata.
—Tan sólo había esto, espero pueda satisfacerte.
Abrió delicadamente el pañuelo y dejo ver un pedazo de pan, arroz, papas recién hervidas y un pequeño pedazo de carne. Seokjin abrió sus manos esperando que le entregara la comida y así la recibió. Se alejó hacía un rincón de la celda y comío aguantando la desesperación para poder disfrutar el alimento que seguramente sería el de todo su día.
—Toma.
Levantó su vista y vio al guardia tenderle un vaso con algo caliente dentro, dejo el pañuelo con un pedazo de papa, poco arroz y carne a su lado y camino con cautela hacía el vaso.
—Es té de hierbas, era mío pero veo que tú lo necesitas más.
Seokjin sintió su corazón desmoronarse, tomó el vaso con agradecimiento y se agachó apoyando su cabeza en la piedra, demostrando su gratitud ante aquel hombre de buen corazón.
—Oh, por favor, levántate...No hace falta.
Seokjin se levantó y se sentó en su cama a disfrutar su vaso de té caliente, su cuerpo comenzó a calentarse lentamente, su espalda ya no estaba tan helada y sus manos se movían sin dolor.
—¿Eres el intruso que se metió la noche anterior con sus otros amigos, no?—Preguntó de repente el chico en medio del silencio de la noche.
Seokjin negó.
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El regreso del príncipe I Jinsu
FanfictionVolver a casa no iba a ser fácil y eso lo sabían, muchas cosas los esperaban en Jamaisnapolis, cosas que harían el rumbo a su destino, un infierno. ¿Lograrían soportar aquello que los esperaba? El amor puede contra toda adversidad, ¿Era verdad? El o...