Epílogo

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[Días después]

Un pobre velorio había despedido a John, nadie más que Seokjin, Jungkook y la señora Kim habían asistido sin mostrar una pizca de tristeza

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Un pobre velorio había despedido a John, nadie más que Seokjin, Jungkook y la señora Kim habían asistido sin mostrar una pizca de tristeza. Habían vuelto a la normalidad con el paso de los días, todos se habían instalado en diferentes lugares del castillo o fuera de este con total libertad. Ahora, todo quién eran parte del reino, llevaba un título de trabajo para dejar de servir a la corona, tan sólo la familia real contaría con sus títulos monárquicos  correspondientes.

Namjoon se dedicó a embellecer y restaurar su hogar que compartía con su padre y pequeño hermano a unas calles abajo, Hoseok y Taehyung decidieron quedarse en el castillo al igual que Jimin y Jungkook.

Seokjin había hablado hasta el cansancio tratando de disipar sus dudas con su hermano y esposo, estos dos lo apoyaron a tomar la decisión, Jamaisnapolis lo necesitaba cómo rey. Sooyoung aceptó encantada, tenía más encanto la vida de princesa que de reina para su gusto, además quería convertirse en madre, ser feliz y estar en paz junto a su esposo.

Yvgnir y sus hombres fueron recibidos como invitados al reino y se instalaron con felicidad en las miles de habitaciones del castillo hasta esperar la gran ceremonia. Yoongi habló con Evanock, este comprendió al pálido y decidió dejarlo en paz a pesar de que aquello hiciera su corazón doler.

Yoongi y Seokjin lloraron mares hablando sobre cuanto se habían extrañado, también le lloraron a su hijo pidiéndole disculpas, Bonwha acarició sus cabezas con compasión y los abrazo haciéndoles entender que ahora estaban juntos y nada más importaba. Así finalmente, llegó la ceremonia de coronación.

Escuchando las palabras de la reina, Seokjin se puso de pie y se colocó frente a ella mientras se hincaba en su rodilla. La espada tocó uno de sus hombros, luego el otro y finalmente su cabeza.

Seokjin era finalmente rey de Jamaisnapolis.

Sooyoung posó la corona sobre su cabeza mientras de fondo se escuchaba al público vitoreando y muchos aplausos y sonrió con orgullo. El pueblo, sorpresivamente había aceptado a Seokjin a pesar de sus preferencias íntimas, sin embargo, las críticas y oposiciones no habían faltado pero cómo Seokjin había dicho, el pueblo era libre de expresar lo que pensarán, él no era nadie para imponer ideas pero tan sólo pedía respeto y tolerancia entre pares, aquello era lo más importante para él.

Saludó a algunos conocidos del reino y otros que venían desde lejos, también a sus amigos que disfrutaban la celebración y observaba como sus heridas sanaban con rapidez.

Se acercó a la mesa dónde su familia estaba sentada, haciéndose paso entre las diferentes personas del salón y tomó asiento junto a Yoongi. Besó la cabeza de su hermano y este le sonrió feliz mientras tomaba la mano de Jimin y sobre su regazo yacía el pequeño Bonwha.

Yoongi lo atrajo a él tomándolo de la capa. El pelinegro tomó sus manos aún vendadas pero ya curando sus heridas y las besó, Seokjin sonrió.

—Es increíble las vueltas que ha dado nuestra vida, pero es más que increíble ver cómo siempre volvemos a estar juntos— Susurró Seokjin. Al ver que todos estaban ocupados bailando, tomó de la mano a su pareja y caminaron hasta un balcón cercano. La noche era bella y tranquila, las luces de la ciudad esparcían destellos de felicidad y por las ventanas abiertas podían verse tabernas llenas de fiesta y ventura.

El regreso del príncipe I JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora