Capitulo 4

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La rutina se instauró nuevamente en la vida de Carrie, aunque ya había terminado los exámenes aún le quedaban varios trabajos por entregar y su día a día consistía en sentarse frente al ordenador intentando concentrarse... Aunque la mayor parte del tiempo la pasaba mirando el móvil y comprobando que no tuviera mensajes nuevos.

Cuando por fin logró centrarse, la vibración de su teléfono la hizo saltar. Comprobó el mensaje, que era de lysandro invitándola a ella y al resto de sus amigos a ir a un concierto que daba con su grupo la próxima semana. Era en un bar cerca de su casa, así que no tenía excusas. Las manos empezaron a temblarle desmesuradamente, la única vez que había visto un concierto de su grupo no había podido parar de mirar a Castiel, hasta Rosalya había admitido que la guitarra le daba un aire muy sexy.

Le comentó los planes a Violeta que pareció encantada, incluso se ofreció voluntaria para tomar algunas fotos ya que las necesitaba para una de sus asignaturas.

Salió de casa dispuesta a entregar uno de los trabajos, tuvo que trazar un mapa mental ya que debía encontrarse con el profesor en la facultad de economía, le habían trasladado allí mientras su despacho era reformado.

Dejó la bici apoyada en un árbol, al fin y al cabo iban a ser sólo unos minutos. Se apresuró a entrar en el edificio, era enorme. Carrie se encontró totalmente perdida mirando los carteles que indicaban direcciones.

- ¿Necesitas ayuda? - Inquirió alguien detrás de ella. Carrie se giró y vio a Nathaniel que sostenía una carpeta, esta vez estaba solo.

- ¿Qué haces aquí? - Acertó a preguntar ella.

- Eso debería decirlo yo, estudio aquí. ¿Buscas algo, Carrie?

- En realidad busco el despacho de uno de mis profesores, pero creo que puedo apañármelas sola, gracias. - Se acercó hasta el mostrador de conserjería donde le informaron de que podía entregar allí mismo su trabajo. Agradeció al conserje su ayuda y dio media vuelta. Nathaniel la estaba esperando.

- Creo que necesitamos hablar. Sé que han pasado muchos años pero siento que necesito saber que me has perdonado. - Nathaniel parecía realmente necesitarlo.

- No hace falta remover el pasado, entiendo lo que sucedió. No quiero que le demos más vueltas. - Paró de andar y le miró directamente a los ojos. - Te perdoné, Nath. Es todo.

Nathaniel suspiró aliviado y la acompañó hasta donde Carrie había dejado la bici, de vez en cuando intercambiaban algún comentario.

- No me lo puedo creer. - Carrie se dio cuenta de que su bici había desaparecido y empezó a maldecir, esa bici la había comprado con todos sus ahorros. - ¡No me lo puedo creer!

Nathaniel la miró sin saber cómo reconfortarla, y esbozó una sonrisa.

- Ya había olvidado el carácter explosivo que tienes.

- Cállate, ¿qué se supone que tengo que hacer ahora? - Carrie estaba fuera de sí, por cada cosa buena que le pasaba siempre había tres malas. - No tengo ni un maldito euro, ¿cómo voy a ir a casa?

- Deja que te lleve, tengo el coche aparcado ahí fuera.

Carrie dudó, pero no tenía más opciones. Echó a andar delante de Nathaniel mientras llamaba a la policía para denunciar el robo.

El coche de Nathaniel no era ninguna maravilla, pero al menos aún conservaba las cuatro ruedas y el motor. Carrie fue a abrir la puerta pero Nathaniel la detuvo.

- Esto... sólo abre desde dentro. Tengo que llevarlo al taller pero con las clases... - Carrie no pudo reprimir una carcajada y Nathaniel rió con ella aliviando la tensión.

El trayecto apenas diez minutos, Nathaniel entró en la calle y aparcó.

- Te va a parecer muy raro pero, ¿te apetece tomar un café? - Le ofreció Nathaniel.

- Mi casa está aqui arriba y tengo cafetera, además la puerta se puede abrir desde fuera - Dijo Carrie divertida.

- Está bien. - Accedió Nathaniel.

Subieron al piso y se sentaron en la mesa de la cocina, Carrie le ofreció unas pastas que Violeta había hecho el día anterior. Se pusieron al día, fue una conversación agradable en la que dejaron de lado de una vez por todas los rencores y las malas palabras. Carrie no quería tener con él una amistad, pero le reconfortaba saber que podía hablar con él como personas adultas que eran.

Cuando Nathaniel se disponía a irse, la puerta de la casa se abrió y Violeta y Alexy  entraron entre risas. Se quedaron de piedra cuando vieron a Nathaniel recogiendo las llaves de su coche de la mesa de la cocina. Nathaniel se sonrojó hasta las orejas.

- Hola, chicos, perdonad yo ya me iba - Murmuró - Gracias por el café, Carrie.

En cuanto hubo cerrado la puerta los dos amigos se abalanzaron sobre ella, Alexy incluso llamó a Rosa para contárselo. No se quedarón muy conformes con las explicaciones de Carrie, pero ella no tenía ganas de discutir así que dejó que siguieran montándose sus películas.

Corazón de melón fanfic: Los fantasmas del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora