Capítulo 14

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El camino de vuelta a casa se le hizo eterno, arrastraba los pies pensando qué había podido fallar. Quizás no estuvieran destinados a estar juntos, o puede que hubiera ido demasiado rápido, ni siquiera sabía si ella misma estaba preparada para tener una relación seria...

Entró en casa intentando no hacer ruido, no le apetecía dar explicaciones a nadie. Oyó risas en el salón y se quedó a oscuras en el recibidor durante unos segundos cavilando como llegar a su cuarto sin ser vista. Pasó a hurtadillas y cuando abría la puerta de su dormitorio, alguien la cogió por el brazo.

- ¿Qué haces? - Preguntó Lysandro sorprendido - ¿Estás bien?

- ¿Qué estás haciendo tú en mi casa? - Inquirió Carrie frunciendo el ceño.

- Dean me invitó, bueno, Violeta dijo que podíamos venir a cenar. - Corrigió.

- Os dejo cenar, entonces. - Dijo ella - Yo no me encuentro bien.

Entró en su cuarto y se sentó en la cama mirando fijamente a la pared. Jugueteó con la alfombra que cubría el suelo distraídamente sin poder quitarse a Castiel de la cabeza. Maldito idiota. No podía soportar la idea de no volver a hablar con él, ni a reírse con su humor negro, hasta iba a echar de menos los rifi-rafes, los cuales habían sido el pilar de su relación desde el momento en el que se conocieron.

Se puso el pijama y respiró hondo. Salió a la cocina para prepararse una ensalada y entró al salón saludando sin mucha efusividad a Violeta, Dean, Lysandro y dos chicas que no había visto nunca. La miraron de arriba a abajo, Carrie se sentó en el sofá y comenzó a comer mientras subía el volumen de la tele.

- Carrie, ellas son Marion y Susi. - Presentó Violeta mirando a Carrie interrogante.

- Hola. - Dijo ella y centró su atención en el televisor de nuevo.

Terminó su ensalada y se levantó de mala gana, se despidió de todos secamente y volvió a su dormitorio. La puerta se abrió de nuevo y Violeta y Lysandro entraron sin pedir permiso. Se sentaron en la cama y Lysandro carraspeó, se le veía avergonzado.

- ¿Qué ha pasado, Carrie? - Rompió el hielo Violeta. - ¿Ha sido Castiel?

- Por favor, no me apetece hablar, solo quiero estar tranquila y sola. - Contestó ella sentándose entre ellos. - Siento haber sido tan maleducada, ha sido una tarde horrible.

- Por favor, puedes confiar en nosotros. - Animó Lysandro poniendo la mano sobre su hombro - Me estás preocupando.

- Ayer Castiel decidió que quería estar conmigo. - Contó la joven - Hoy ha cambiado de opinión y ya no quiere verme más. Puede que sea mi culpa, no lo sé.

- Vaya gilipollas. - Soltó Violeta y acto seguido se tapó la boca con las manos. - Lo siento, no era el momento.

- Es una situación nueva para él, ayer hablamos y, aunque es muy cerrado, se notaba que estaba contento.  Castiel nunca ha tenido una relación seria. - Comentó Lysandro - No podemos considerar a Debrah porque apenas tenían catorce años. Tú eres la única que ha conseguido derribar su armadura, no sabe cómo actuar.

Carrie no pudo reprimir una sonrisa al oír a Lysandro hablar, siempre hablaba como si fuera mucho más mayor y le producía ternura.

- Gracias, chicos, apenas han sido veinticuatro horas pero nunca me había sentido tan a gusto con nadie... - Levantó la mirada - Bueno, hay muchos peces en el mar, ¿no?

- ¡Pues claro! - Exclamó Violeta - El viernes mismo salimos de pesca, encontraremos un buen pececillo que te alegre la vida.

- Y a ser posible sin taras. - Bromeó Carrie.

Corazón de melón fanfic: Los fantasmas del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora