❄️Capitulo 14🔥

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Quedan cuatro días para entrar al horario escolar, es decir, dormirme más temprano, estudiar para obtener buenas notas y desconectarme de todo. Lo bueno es que es mi último año.

Estamos casi todos tomando desayuno juntos. Nadie menciona lo de anoche.

—Hoy haremos una pijamada para despedir las vacaciones. – doy la idea.

— ¿Yo puedo ir? – pregunta Soph con las manos juntas haciendo un puchero.

— Claro. – le sonrío. – ustedes dos no pueden faltar. – les advierto a mis amigos. – Rachel ¿Te unes? – le pregunto sonriendo.

—Oh no, gracias, pero paso.

— Está bien.

—¿Yo estoy invitado? – una voz a mis espaldas hace que mi corazón lata con mucha fuerza y rapidez.

— Hijo, no me dijiste que volverías hoy. – le saluda su madre.

—Sorpresa. – dice animado.

Lo ignoro. Estoy muy enojada para verlo y hablar como si no me hubiera ignorado todo este tiempo. Toma asiento a mi lado.

— ¿Entonces estoy invitado? – vuelve a preguntar mirándome.

Deslizo la silla hacia atrás y me levanto.

— Sara, el desayuno estuvo delicioso. – tomo mi plato y taza, para dejarlos en el lavaplatos.

— Alison. – escucho que Nick me llama, pero yo sigo mi camino hacia mi habitación. Segundos después, siento que me sigue.

Llegamos y me siento en mi cama tomando mi celular.

— Grillo. – vuelve a llamarme.

— No, Nick. – le corto.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué estás enojada conmigo? – mueve los brazos mientras pregunta. Está de pie en la puerta de la pieza.

— No puedes llegar a mi vida, recordando viejos tiempos y luego dejar de hablarme como si nada.

— Estaba trabajando, lo siento. – dice con voz arrepentida.

—Nick, por lo menos pudiste llevar tu celular al baño y escribirme o algo así. Han pasado demasiadas cosas y no sé qué hacer. Me siento inestable emocionalmente y mira, aquí estoy confesando frente a ti y no sé por qué.

—Quisiera abrazarte...

—Pero estoy enojada y no quiero que me abraces. – termino por él.

— No iba a decir eso.

—Es cierto, solo nos reencontramos hace dos semanas, no te conozco demasiado y no tengo razón para reclamarte.

— Alison.

— Vete de mi habitación. – lo miro a los ojos, parándome de la cama.

— Alison.

— ¡Ahora! – él aprieta sus labios. Quería golpearlo, pero eso no sería nada maduro. Se da media vuelta y se va dando un portazo.

Wow, no estoy llorando. Es un récord, merezco un premio. Apláudanme.

Tengo hambre, no comí casi nada en el desayuno, ya que el señor Jirafa llegó y no quería estar cerca de él.

— «¿Tu hermano se fue?»

—«No, pero está en el baño... aprovecha y ven a comer algo.»

Salgo corriendo, incluso casi me caigo de cara, pero valió la pena.

Aún estaban sentados en la mesa, hablando alegres, sobre no sé qué. El estómago me ruge y tomo unas galletas de la mesa, echándomela en la boca. Comparto mi opinión sobre algunos temas y de un momento a otro, todos se quedan callados.

El Puente [#1 Estructuras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora