—Buenos días. – saludo a mi equipo que ya se encuentra reunido en una sala de entrenamientos hecha especialmente para Soph, con la excusa de que Alex y yo podríamos destruir la otra sin querer.
—Buenos días. – responden al unísono.
—Chicos, ella es Kate. Kate ellos son Dante e Isabella, a los demás a los conoces así que no creo que sea necesario presentarlos otra vez. – se saludan y todo lo normal. - ¿Encontraron algo? – me dirijo al hacker y al sabiondo.
—Es muy difícil... a cada segundo nace una estrella nueva. – responde Mateo.
—El sistema está llenísimo de información. Tal vez hay que buscar algo más específico, pero no sé qué se puede especificar. – me llevo las manos cubriendo mi rostro pensando que hacer.
Una ráfaga de viento golpea mi cuerpo, haciendo que me gire rápidamente a lo que le doy la espalda. Alrededor de Soph empieza a crearse un tornado y las cosas a nuestro alrededor ya empezaron a volar.
—¡Sophie, vamos! ¡Recuerda lo que practicamos! – le grita Kate, mientras Rachel está detrás de Alex (quien la obliga a estar en esa posición) mirando a su hija con miedo de que algo le suceda. - ¡Concéntrate en mi voz! ¡Inhala, exhala! ¡Tú puedes terminar con esto!
—¡No puedo! – grita ella. Doy un paso al frente en dirección a ella, pero Kate me detiene con su mano.
—¡Si puedes! ¡Inténtalo! ¡Debes aprender a controlar estos estados! ¡Inhala, exhala! – poco a poco, siento como el viento se detiene. – Lo lograste, pequeña. – le felicita con una sonrisa.
Observo el espejo que se encuentra en una de las paredes y me fijo en que todos menos Soph, tenemos el pelo hiper desordenado. La pequeña se coloca a mi lado y me indica para colocarme a su altura.
—Alguien viene. – frunzo el ceño y segundos después, escucho pasos por el pasillo.
—Rápido, hay que ordenar aquí. – ordeno a los presentes. Rápidamente recogemos todo y a los cinco segundos después, Amanda entra por la puerta.
—Buenos días. – saluda ella con autoridad.
—Buenos días. – le respondemos, derechos y con voz fuerte.
— Me han dicho que ocuparán este salón para entrenar a los advenedizos y quería quedarme a ver el primer combate.
—«Controla tu fuerza, recuerda. También usemos nuestros poderes». – asiento en su dirección y nos colocamos en nuestros lugares.
Mateo cuenta hasta tres y comenzamos a pelear. Su fuego golpea mi escudo de hielo, luego corro y lo deshago, mientras al mismo tiempo me deslizo por el suelo y me levanto rápido para derribarlo, dando por ganada la partida.
Amanda nos mira fijamente a ambos, como si estuviera presente, pero metida en su mundo. Luego nos sonríe.
—Están perfectos. Ya no necesitan entrenar todas esas horas, solo lo que los chicos de su edad necesitan. – asentimos y ella nos repasa a todos con la mirada y se queda en Soph. - ¿Por qué ella no fue a su clase hoy?
—Porque no se sentía muy bien. – responde Rachel.
—Hoy pasaron cosas importantes. Debió asistir. – Rachel le sostiene la mirada con el mentón en alto.
—Es mi hija, yo decido si asiste o no. Me da lo mismo que tengas un cargo mayor, aquí ustedes nos trajeron no vinimos por voluntad propia, así que supongo que puedo decidir eso ¿No? – Ambas se miran fijamente y finalmente Amanda sonríe.
—Está bien. – se da media vuelta y sale del lugar. Escuchamos como sus pasos cada vez están mas lejos. Me asomo un momento por la puerta para confirmar que no haya nadie y vuelvo a entrar.
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El Puente [#1 Estructuras]
Bilim Kurgu¿Quién dijo que una gota de agua puede ser inofensiva? ¿Quién dijo que la lluvia no le hace mal a nadie? Para mí, la lluvia es como la kryptonita para Superman. Mi debilidad, la cosa que me hace vulnerable y frágil frente a los ojos del enemigo. ...