TES V Skyrim: Dragonborn (DLC)

Capítulo 2: La Marcha de los Muertos

12 de Mano de Lluvia, año 202 de la Cuarta Era.

-Espera. Dijiste que Miraak lleva muerto miles de años.

Precisamente. Esas fueron las palabras del elfo oscuro delante de Corin. El día anterior finalmente había llegado a Solstheim, pero al llegar a la isla la encontró en un estado bastante extraño.

La gente aparentemente no podía hablar de Miraak.

A las personas que les preguntó, siempre terminaban con la mirada perdida y confusa. Parecían esforzarse mucho por dar una respuesta pero al final solo respondía que no sabían y con un poco de suerte alguno soltaba alguna pista.

Sin embargo, este elfo que parecía resistir a la extraña influencia mágica que tiene sometido a Roca del Cuervo, asentamiento al que llegó en barco desde Skyrim, le dio una respuesta más clara pero al mismo tiempo inesperada.

-Sí, fascinante, no crees. Quizás él es quien tiene que ver con todo lo que está pasando aquí.

-A todo esto, no me has dicho tu nombre.

-Por qué debería decírtelo. Bueno como sea, mi nombre es Neloth, hechicero de la Casa Telvanni ¿y tú quién eres?

-Me llamo Ysmir. ¿Sabes que está construyendo esta gente?

Corin miró a la gente alrededor de la Piedra Terrestre, que es donde se había despertado. La noche anterior, se había acostado tranquilamente en su cama de la posada. Luego de tener un sueño bastante extraño, escuchó una voz que ahora podía suponer que le pertenece a Miraak, hablándole sobre la destrucción del mundo o algo así.

Pero, cuando despertó, se suponía que tendría que estar acostado en su cama. En cambio, se encontraba trabajando como un obrero en una especie de construcción rara junto a otras personas que seguían bajo un estado hipnótico, entre ellos se encontraban gente con atuendos de mineros y guardias Redoran.

Aun no sabía cómo es que se había liberado, pero sin duda hay alguna magia extraña aplicada en esta piedra que está afectando la mente de toda Roca del Cuervo y quizá de toda la isla de Solstheim.

-No tengo idea. Pero ahora está claro que es algo que Miraak les ordenó. Y sin embargo, ellos no parecen decir nada al respecto. Sería interesante ver qué pasará cuando terminen.

-Eh. No has intentado detener esto.

-Claro que no. Eso interferiría en lo que sea que estén construyendo y de esa manera no podría ver en qué acaba todo esto.

-De acuerdo. Por cierto, ¿me podrías contar alguna cosa de Miraak?

El elfo oscuro, Neloth, miró a Corin como si estuviera tratando de descubrir la razón del porque estaba buscándolo. Finalmente, después de unos segundos decidió dar una respuesta, no completa pero al menos lo suficiente para ponerse en marcha.

-Me temo que no puedo darte respuestas. Pero tengo entendido que en el centro de la isla hay una ruinas de un antiguo templo consagrado a Miraak, quizás deberías ir allí.

Corin le dio las gracias al elfo oscuro, aunque al tipo no parecía importarle la verdad. Luego empezó a alejarse de la Piedra Terrestre para volver a la posada, para recoger sus cosas e ir a la ruinas del templo de Miraak.

Al regreso a la posada, el tabernero lo miró con mucha extrañeza, lanzando un comentario sobre su salida inusual de la posada en medio de la noche pero Corin prefirió no decir nada al respecto.

Luego de estar en su habitación, Corin se puso su equipo. Afortunadamente sus cosas no desaparecieron, una vez listo salió de la posada y luego de Roca del Cuervo por la salida este.