Capítulo 5: El Destino de los Skaal

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Un aleteo de dragón era el sonido más distintivo en esta dimensión de Oblivion, su destino era la cima de una gran torre. Con la vista de la cima, el cielo era casi alcanzable, aunque llamarlo cielo era decir mucho, bueno, cada dimensión puede tener su propia versión del cielo.

Diseñado por el amo y señor de este reino, el cielo que había construido aquí se mostraba de un color verde y adornado con ciertos agujeros negros de los cuales emergían gigantescos tentáculos igualmente de un color negro prominente.

Miraak, el primer Sangre de Dragón, que era la persona que montaba el lomo del dragón serpentino se acercaba a la cima cuando la velocidad del aleteo del dragón se empezó a hacer más lento. Pero había otros aleteos que seguían siendo escuchados de manera regular, eso era porque había otros dos dragones volando a la distancia.

 Pero había otros aleteos que seguían siendo escuchados de manera regular, eso era porque había otros dos dragones volando a la distancia

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Al igual que el dragón serpentino, esos dos dragones también eran mascotas de Miraak.

El dragón serpentino aterrizó en el suelo de la cima de la gigantesca torre de este reino de Oblivion. Luego permitió que su amo bajara de su lomo, y una vez que lo hizo el dragón serpentino volvió a desplegar sus alas para tomar su posición sobre un muro, el cual estaba hecho a base de muchas cosas que casi todo en este reino, libros.

 Luego permitió que su amo bajara de su lomo, y una vez que lo hizo el dragón serpentino volvió a desplegar sus alas para tomar su posición sobre un muro, el cual estaba hecho a base de muchas cosas que casi todo en este reino, libros

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Miraak también se movió hacia el centro de la cima de la torre, el dragón serpentina miraba a su maestro, pero había algo diferente en su comportamiento habitual. Era de esperarse, después de todo, acaban de tener un encuentro completamente imprevisto, pero no inesperado.

Esa persona con la que apareció en este reino de Oblivion era una persona de la misma naturaleza que el maestro de este dragón, un Sangre de Dragón.

Notando la mirada encima de él, Miraak le preguntó a su dragón.

-Con que ese es el último Sangre de Dragón. ¿Qué opinas, Sahrotaar?

-...Mul (fuerte), si pudo derrotar a Alduin, debe serlo. ¿Crees poder derrotarlo?

Miraak se planteó esa misma pregunta, él miró hacia el cielo. Tenía conocimiento del Sangre de Dragón que caminaba en el reino mortal, también sabía que el propósito de su aparición en esta era fue para cumplir con la misión que a él también le pidieron que llevara a cabo durante su vida mortal, derrotar al dragón Alduin, el Devorador de Mundos.

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