Cumplido su destino como el último Sangre de Dragón, el primer Sangre de Dragón ha estado recuperando su poder para volver y ejercer su dominio. ¿Quién saldrá victorioso cuando estos dos se enfrenten?
Corin había emprendido el rumbo hacia el Templo de Miraak, ubicado en el centro de la isla de Solstheim. Al llegar ahí, como esperaba encontró a muchos elfos oscuros trabajando en la reconstrucción de la edificación.
Pero no solo eran los elfos oscuros los que trabajaban en las construcciones.
Personas de la raza nórdica, miembros de la aldea de los Skaal, también.
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Una mujer de esa tribu, llamada Frea, había también ido al templo para poder hacer que sus compañeros regresen a la normalidad. Pero no había servido de nada.
Luego de que Corin y Frea se conocieron, y cada uno explicar sus razones para adentrarse en el templo, decidieron trabajar juntos.
Corin quería derrotar a Miraak, mientras Frea liberar a su gente.
En el camino, Frea le contó algunas cosas tanto de Miraak como la situación con su aldea. El oscuro poder de Miraak tenía a casi todo su pueblo sometido a él, pero gracias a su padre, quien es el chamán de los Skaal, algunos han podido estar a salvo.
Sin embargo, no explicaba la situación de Miraak de cómo pudo haber sobrevivido todos estos siglos, después de que los dragones de la isla lo destruyeron cuando él se había revelado.
Las respuestas a eso, solo la encontrarían al explorar su templo.
Una vez dentro del templo, los dos tuvieron que vérselas con las típicas trampas de un túmulo nórdico, los sectarios de Miraak y no muertos o draugr apostados como sus guardianes.
Ya llegando al final, de lo que parecía ser la entrada a la cámara principal, encontraron una estatua que le trajo recuerdos a Corin.
Una estatua que tenía la forma de un cangrejo con apéndices que terminaban en muchas pinzas, pero lo más raro es que su cuerpo estaba repleto de ojos, ojos que parecían verlo todo.
En la "cámara principal", donde los dos esperaban encontrar los restos de Miraak o alguna manifestación de él, en su lugar encontraron una segunda estatua del cangrejo, y además de eso un libro de tapa negra.
Frea podía sentir que reconocía la estatua, aunque no sabía de donde, en cambio Corin sí conocía su procedencia pero no se lo contó. Además, Frea parecía ser muy sensibles a las fuerzas mágicas que estaba emitiendo el Libro Negro, ella por ningún motivo quería tocarlo.
Así que le tocó a Corin hacerlo.
Una vez que abrió el libro y miró sus páginas, un texto extraño estaba escrito.
Hablaba de la revelación suprema y la averiguación verdadera moldeando las lindes del pensamiento. Cosas extrañas para Corin, pero cuando estuvo a punto de pasar a la siguiente página... unos tentáculos negros lo atraparon.
Así es, unos tentáculos salieron de las mismísimas páginas del libro. Corin no fue del todo presa del pánico, debido a que esos tentáculos terminaron confirmando en cierta forma sus sospechas cuando vio la estatua del cangrejo lleno de ojos.
