Just Be Good To Me

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"La gente siempre está hablando acerca de
tu reputación.
No me interesan tus otras chicas,
sólo sé bueno conmigo.
Mis amigos siempre están diciéndome
que eres un aprovechado.
No me interesa lo que les hagas a ellas,
sólo sé bueno conmigo."
Just Be Good to Me - The S.O.S Band



/ Nota: la canción adjunta a la multimedia del capítulo es la que está sonando cuando Seung entra al Club Skunk.

Entrada la noche, Mino y Seung Yoon se dirigían hacia el punto de encuentro que habían establecido con Choi, y para su pesar, se trataba de una zona para nada recurrida por ninguno de los dos. No fue sino hasta que llegaron a esas calles, que realmente advirtieron a qué clase de ambiente se estaban adentrando. Oh dios, si su madre se enteraba de por dónde se hallaba vagando a esas horas, probablemente no lo volvería dejar salir hasta que acabase también la universidad.

Visualizaron a lo lejos un atrayente cartel de luces neones con el nombre que Seung Hyun les había indicado, el nombre de un supuesto bar. No habían podido negarse al saber dónde se encontrarían, o mejor dicho, no poseían las suficientes agallas como para confrontarlo, así que lo dejaron pasar. Ya no estaban seguros de cuál hubiese sido peor.

Al acomodarse en el estacionamiento, se percataron de haber aparcado entre un par de hombres que encajaban a la perfección con la imagen característica de criminales, sobre unas intimidantes motocicletas que rugían al ser encendidas. Mino comparó las ajenas con la que estaba montando, la cual parecía más una de un repartidor de comida rápida con mal gusto, ¡inclusive contaba con una canasta de plástico al frente!

Los hombres los miraron, y ellos, con sus cascos, les sonrieron nerviosos como respuestas—. Hola —saludó Seung Yoon, ofreciendo un cortés asentimiento a ambos.

—Linda moto —habló uno, ocasionando más risas intranquilas de parte de Seung Yoon.

—¿Eso cree?

Sin responder, el par de aparentes criminales arrancaron, y detrás de ellos, en la entrada del bar, múltiples carcajadas resonaron ante la presencia de los dos amigos. Podría haber salido peor, al menos no habían sido amenazados. Todavía.

Una vez dentro del local, su temor no disminuyó ni un poco. Una luz amarillenta alumbraba el interior mientras un rap pesado sonaba de fondo, y conforme más se adentraban, observaban tan sólo a tipos que únicamente habían visto antes en películas de pandilleros. Y todos los miraban como unos torpes ratones explorando el barrio de los gatos. Seung Yoon introdujo la mano en el bolsillo de su pantalón, aferrándose a su billetera.

—Vaya, ¿así es como luce un bar? —preguntó Mino, tomando lo que parecía ser un caramelo envuelto en una peculiar forma cuadrada de un envase de cristal. Dulces gratis, nada mal.

Un fuerte manotazo de Seung Yoon le hizo tirarlo al piso, tomando por sorpresa a Mino—. ¡No toques nada! Podría darte hepatitis —le advirtió con vasta seriedad antes de continuar buscando con la mirada a su objetivo.

Pronto lo encontró; allí, en las mesas de billar, Seung Hyun ejecutaba un perfecto tiro mientras el cigarrillo entre sus labios dejaba salir un pesado humo. No dudaron en caminar hacia él, logrando captar su atención a lo lejos. Y él, al percatarse de que el dúo de raritos había arribado a su encuentro, se enderezó, sosteniendo el taco de billar entre sus dos manos mientras se apoyaba en la gran mesa.

10 Cosas que Odio de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora