Your Winter

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"Lo que sea, ¿qué más puedo hacer?
Dije que lo sentía, pero ¿para qué?
Si te hago daño, me odio a mí mismo,
no quiero odiarme a mí mismo,
no quiero lastimarte.
¿Por qué eliges tu dolor? Si tan sólo supieses
cuánto te amo.
Bueno, no seré tu invierno
y no seré la excusa de nadie para llorar.
Y podemos ser perdonados
y yo estaré aquí."
Your Winter - Sister Hazel



En la biblioteca, usualmente en silencio, Mino y Jennie llevaban a cabo otra supuesta sesión de tutoría de francés. Supuesta, porque la verdad era que Mino sabía menos de aquel idioma que Jennie, a quien debía estarle enseñando.

Mino yacía con toda su atención en el libro de francés, aunque si hubiese prestado más atención, hubiese notado la expresión molesta en el rostro de su alumna y la manera en la cual se cruzaba de brazos sobre la mesa.

Je peux vous offrir une pomme? —leyó del libro.

—Non, tu ne peux pas —respondió tajante.

—Où est le crayon de mon oncle?

Je ne sais pa. Peut-être dans ton cul.

Alzó la mirada hacia Jennie, con confusión en su rostro, antes de volver a clavarse en el libro, buscando el significado de la última palabra en su diccionario.

—No..., no, espera... eso no está en esta página —se quejó, pasando las hojas con rapidez.

Laissez-moi vous poser une question, Mino —eso sí lo comprendió, por lo que alzó la mirada, esperando recibir la pregunta—. Quand vas-tu m'inviter à sortir?

Para su infortunio, de nuevo no comprendió lo que Jennie quería decir. Y sin esperar por una respuesta, la chica salió de allí con clara molestia, dejando a un Mino ahogado en confusión, que buscaba desesperado en su libro escolar de francés, el cual poseía un gran hueco en medio (generosa aportación de Choi Seung Hyun).

Merde.

Afortunadamente ya había terminado la jornada escolar, por lo que Jennie pudo dirigirse directamente hacia su casa. Y de nuevo para su suerte, su hermano no se encontraba en casa, lo cual le daría una clara ventaja para poder llevar a cabo lo que planeaba: convencer a su padre de otorgarle el permiso de ir al baile de graduación. Algo que, con Ji Yong presente, definitivamente no sería posible.

Encontró al hombre en la azotea de su casa, donde estaba haciendo ejercicio. O eso intentaba, pues al llegar a la séptima lagartija, se enderezó del suelo asegurando que ya había hecho suficiente.

—¿Papi?

—Hola, cariño —la saludó con cierta emoción, tomando unas bandas de resistencia para continuar ejercitándose.

—Hay algo de lo que quiero hablar contigo— le dejó saber, adoptando su tono más dulce—. Como sabes, el baile de la graduación es mañana...

La banda de ejercicio cayó de sus brazos al instante, y en su rostro se reflejó toda la preocupación que un padre puede sentir cuando su hija menor quiere ir a un baile.

—¿Un baile? ¿Ji Yong va a ir?

Y esa era la pregunta que lo arruinaba todo. Jennie jugueteó con sus dedos, vacilando antes de saber qué responderle a su padre para poder llevar la situación a su lado.

—Bueno... no.

—No creas que me engañas, sé que quieres que olvide las reglas por ese depravado de Soo Hyuk —se quejó, comenzando a tornar su manera de hablar en una más firme.

10 Cosas que Odio de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora