Erlu XXII

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Capítulo 22

Lucy y Erza habían notado que Leila había estado más inquieta en los últimos días, al punto que ya no dejaba que Lucy la cargara. Erza no podía evitar preocuparse a pesar de que Lucy le había dicho que era normal que su hija actuara de esa manera. Podría ser normal que Leila actuara de esa manera pero eso no evitaba que Lucy se pusiera triste y que tratar de esconder esa tristeza con una sonrisa.

Erza de la nada había empezado a estornudar, la pelirroja gruñó por lo bajo porque las pocas veces que se había enfermado había terminado postrada en una cama por días. No quería enfermarse en esos momentos donde Leila no dejaba que nadie más que ella la cargara.

Lucy no sabía qué hacer en esos momentos, su alma gemela estaba enferma mientras que su hija no dejaba de llorar al no tener a Erza cerca de ella. Al despertar después de tener un día duro al estar al cuidado de su familia dejó salir un suspiro, agradecia que Erza y Leila aún estuvieran dormidas ya que le daría tiempo de arreglar todo para que las cosas estuvieran mejor.

Lucy preparo el desayuno, tratando de hacer ruido lo menos posible. Se aseguró de dejar la puerta de la habitación que compartía con Erza abierta para poder escuchar si algo pasaba. Cuando regresó a la habitación sonrió al ver que las dos personas mas importantes de su vida seguían durmiendo.

Se acercó a la cuna donde estaba Leila y la pequeña solo tenía el ceño fruncido mientras abrazaba con fuerzas el lobo de peluche blanco. Frunció un poco el ceño al sentir el aroma de Alfa invadir la habitación, miró a Leila y se dio cuenta que su hija era la que estaba emitiendo ese fuerte aroma. Sonrío con alegría al ver que por fin esos días donde su hija no dejaba que la sostuviera en sus brazos o que se acercara a su otra madre habian llegado a su fin.

Con cuidado se alejó de la cuna y se acercó a la cama, notó como Erza tenía gotas de sudor sobre su frente. Toco la frente de Erza con su mano, dejó salir un suspiro al darse cuenta de que su novia tenía fiebre.

Lucy tocó la llave de Virgo. —Llama a Minerva por favor, necesito que venga. —La llave de Virgo solo brillo.

Lucy se dirigió al baño para traer toallas y secar el rostro de Erza, esperó por unos minutos cuando escuchó los golpes insistentes en la puerta, trato de no rodar los ojos ante eso porque sabía que Minerva estaba preocupada.

Se apresuró a abrir la puerta. —Calmate. —Dijo Lucy al ver como Minerva estaba a punto de hacer miles de preguntas. —Leila presentó como Alfa. —Lucy notó como Minerva sonreía ante la noticia. —Necesito que cuides de ella, Erza está enferma.

—¿Qué pasa con ella?

—Fiebre. —Dijo Lucy. —Hace días empezó a estornudar, supusimos que solo eran alergias pero por lo visto no era de esa manera.

—Déjanos saber de su estado. —Dijo Minerva. —Le pediré ayuda a Ultear y Meredy.

Lucy asintió antes de hacerle señas a Minerva para que la siguiera, Minerva entró en la habitación con cuidado, vio a Erza y no pudo evitar preocuparse ante el estado que la pelirroja se encontraba. Rápidamente su mirada se volvió a Leila quien seguía abrazando al lobo blanco, Minerva no pudo evitar sentirse feliz al ver a la pequeña de esa manera.

—Espera a que Hisue sepa de esto. —Dijo Minerva emocionada.

Lucy se rió un poco ante eso. —Ustedes dos terminarán peleando.

Minerva solo se encogió de hombros antes de tomar a Leila en sus brazos. —Probablemente nos quedaremos con Ul y Meredy.

—Cuidala. —Dijo Lucy antes de darle un beso a su hija en la frente y dejar que Minerva se la llevara.

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