Capítulo 27

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Louise

Solía pasar el fin de semana con mis padres y ese día no era la excepción, el cumpleaños número 59 de Claude Le Brun tenía que ser especial. Fui a dormir ese viernes con ellos, me desperté en la mañana mamá y yo le hicimos el desayuno. Como solía ser desde que podía con la charola, yo la llevaba a su cama, su desayuno con una rosa o una tarjeta.

Los regalos fueron variando conforme fui creciendo, los primeros años fue una rosa acompañada con una tarjeta hecha por mí. Papá conserva en su cartera mi primer dibujo, como no sabía escribir, mi madre me dijo que pusiera mi huella en una tarjeta de cumpleaños, tenía cuatro años en aquel entonces Claude Le Brun, conserva la amarillenta tarjeta dentro de su cartera como el mejor de sus tesoros.

El apartamento que Gerald nos consiguió es cómodo, una sala amplia con TV y muebles en tapis marrón, dos ventanas que le da no solo luz natural, también ventilación en los días calurosos. Ubicado en el piso quinto, pues papá no quiso uno más alto según él entre más cerca del suelo mejor. La cocina no era espaciosa, aunque mis padres no solían usarla seguido, tres habitaciones incluyendo una cuarta más pequeña que las demás. Un pasillo con buena iluminación y dos ventanas que daban a un callejón.

Es un lugar cómodo, al que mi madre le dio el calor de hogar con sus flores y los tulipanes que Gael me regaló el día que nos comprometimos. Ambas lo cuidamos con mucho cariño y no veo la hora de plantarlos en el lugar en que van a reproducirse. Le doy una última mirada al apartamento, asegurándome que todo esté cerrado y en orden.

La encargada de distraer a papá fue mamá, convencerlo de no abrir ese día fue toda una odisea, no obstante, logramos lo cometido. Bajo apresurada las escaleras, al recibir la llamada de Daniels quien me dice ya ha llegado. El señor Gastón se ofreció a ir conmigo a buscar el auto, pero había hecho demasiado con acompañarme a escoger el correcto.

—¿Lista? —me pregunta al verme llegar agitaba y sonrió —¿No haces mucho ejercicio verdad? Te falta cardio... por fortuna el jefe no demora en llegar...

—Ja, ja, ja —respondo tomándolo del brazo—será mejor si tomamos ese taxi, no tenemos mucho tiempo.

Mi compañero sonríe mientras alza una mano y detiene a un taxi, mi madre debería distraer a papá las siguientes ocho horas, la reunión es en la tarde y solo será una comida y un brindis.

Daniels parlotea más de lo normal, respondiéndole mensajes a Anne y a Anouk, que le dicen ya están en el restaurante, están al frente de la comida y decoración.

—¿Nunca han festejado un cumpleaños? —me pregunta y pienso un poco.

No se está manera, solíamos hacerlo lo tres sin la presencia de extraños, pero dado los problemas que hemos tenido pienso que papá necesita ese calor. Sentirse querido por parte de las personas más cercanas y que vea que tengo amigos, así no se sentirá mal por mí.

—Sí, pero no así. Es la primera vez que dejamos entrar a extraños —le digo y me mira con rostro achinado. —siéntete afortunado —murmuro con suficiencia.

—¿Quién no festeja cumpleaños? —pregunta con curiosidad, sosteniendo la puerta y ayudándome a entrar.

Se instala frente a mi mientras le aclaro que nunca dije no los festejaba, solo que no lo hacíamos así. Siempre hemos sido los tres para todos, pues mis padres eran ambos hijos únicos y no se llevaron nunca bien con la familia.

—¿Motivo? —me pregunta cuando ya vamos rumbo al sitio.

—Nunca lo he preguntado —confieso y solo hasta ese instante soy consciente de ello —una vez lo pregunte y mi padre solo dijo "Estar lejos de quien te hace daño, es la mayor prueba de amor propio".

Un Hombre Perfecto 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora