Un Hombre Perfecto 4

Capítulo 14

Narrador

—Aquí debe existir un error —comenta el dueño de restaurantes Le Blanc al escoces que tiene en frente, mientras su hijo detalla cuidadosamente los documentos.

—¿Por qué debemos cambiar el nombre? —pregunta Adrien y mira al extranjero sin poder creer lo que lee. —¿Tiene esto que ver con Louise verdad?

Gael niega sin dejarse intimidar por los tres hombres sentados en la mesa o los dos detrás de ello. Lleva quince minutos sentado en las oficinas de Le Blanc y en ese tiempo uno más de cinco veces uno de los guardaespaldas ha mostrado su arma. Se toma su tiempo en responder detallando todo el lugar, ante la mirada de reproche de quienes esperan una respuesta de su parte.

—No, la señorita Le Brun no tiene nada que ver con mi solicitud. Macmáx adquirió el 60% de las acciones de sus restaurantes, es lógico que desee su nombre allí —responde luego de observar la decoración del lugar. —Soy demasiado viejo para dejarme intimidar por eso muchacho—le aclara al guardaespaldas al verle mostrar el arma por enésima vez.

—Se deja llevar por lo que Louise y su padre le dijo señor Doyle—explica el joven —le aseguro que somos inocentes de todo lo que se me acusa y de lo único que soy culpable es de dar por terminado nuestro noviazgo. Ello me ha costado que acoso por parte de Louise y se, aunque usted lo niegue ella hace parte de esto.

—La señorita Louise Le Brun, es empleada del Doyle. —responde en calma—tenemos en común las ganas de encontrar al causante de esto... solo eso.

—¿Por eso acusa a Yves de estafa? ¿Lo despide como si fuera un ladrón cuando no se ha robado un peso?

Gael no responde enseguida su vista inquieta repara la pared llena de certificados, fotos de entrega de premios: Michelin, Zagat, James Beard y San Pellegrino ocupando en este último el puesto 20.

Tres estrellas Michellin, la distinción más alta, le decia al público que vas a disfrutar de la comida y la cocina excepcional. ¿Qué lleva a un hombre con restaurantes de este tipo a dañar a un colega? Sin dudas Los Louise era una cadena de restaurante prospera, pero no al nivel de Los Le Blanc. Suspira porque nunca podrá entender algunos comportamientos de las personas y fija sus ojos en el menor de los Le Blanc. Su mirada es siniestra, no obstante, no llega a intimidar a Gael quien en respuesta a esa mirada le sonríe.

—Yves Roussel Garnier, sobrino y del senador Garnier, su futuro suegro —empieza a decir señalando a –Adrien —tocó la puerta cierto día del señor Claude Le Brun—su suegro en ese entonces —señala a Adrien quien continúa mirándolo molesto. —le propuso el negocio de sus vidas, ser socios del Doyle-Turner.

—¿Tiene como probarlo? —pregunta el menor de los dos Le Blanc, mientras que sus padres permanece en silencio.

—Ustedes fueron los primeros en invertir en ese negocio... —continua ajeno a las protestas

—Y perdí mucho dinero señor Doyle —habla por primera vez Oliver sin demostrar ningún tipo de emoción.

—Su inversión fue mínima en comparación con los dueños de Louise. —habla destapando el primer documento y entregándolo al más joven —Su maniobra fue excepcional tengo que admitirlo, se aseguró que el inocente hombre viera su firma, la de Garnier y un par más. —le dice tamborileando con sus dedos un grupo de documentos que tiene en debajo de ellos —Somos un grupo sólido, sin problemas legales de ningún tipo, jamás nuestras acciones estarán en el mercado. Un hombre de negocios como usted debe saberlo y usted también —comenta con soltura.

Oliver insiste en desconocer a dónde quiere llegar y el ágil escoces desliza el grupo de documentos que tiene en sus manos. El socio de Los Le Blanc, era Yves Russel y no su tío como inicialmente se creía.