~ Capítulo 22 ~

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No sé exactamente cuánto llevamos dentro del auto, más de tres horas seguro. Amaneció, aunque estaba tan nublado que apenas se veía el sol.

En todo el camino ninguno se atrevió a decir nada, creo que aún seguíamos algo sorprendidos y extrañados con la situación.

David conducía rápido, bastante diría yo. Esta totalmente justificado, de lo contrario Marco o cualquier otro guardaespaldas de Álvaro nos hubiese encontrado.

Aunque sinceramente no tenía muchas esperanzas de al fin salir del poder de los Coleman. Desde que estoy con ellos intente de todo por escapar, y nunca nada funcionó, tarde o temprano siempre lograban encontrarme.

Solo espero que esta vez sea diferente, espero que con la ayuda de David... no lo sé, tenga una oportunidad.

El nunca fue como su padre y hermano, siempre me respeto, bueno, casi siempre. Es un poco atrevido, pero al menos nunca me ha hecho algo que yo no quiera, en cambio Álvaro si.

La imagen de sus manos recorriendo mi cuerpo regresa a mi cabeza. Baje mi mirada hasta mis manos, aún seguían rojas y moretoneadas.

Hice una mueca al recordar como me sujetó y me ató de manos y piernas a esa asquerosa cama. Dios... como lo odio.

Casi sin darme cuenta, David apoyó lentamente su mano sobre mis muñecas.

-Te duele? -Pregunto sin quitar la vista del camino.

-No...

Mentira.

Todavía ardía un poco.

-Ya casi llegamos -Dijo volteando a verme.

-A donde exactamente?

-Tengo un amigo cerca de aquí, está solo a unas calles. Me debe un favor y creo que es un gran momento para usarlo.

-Que haremos ahora?, es decir, a donde? No... no hay a donde escapar.

-Tan poca fe me tienes, cariño? -Suelta una risita.

Su gesto es contagioso y mi rostro involuntariamente invoca una sonrisa.

David tiene algo especial. En los momentos menos indicados se ríe, hablan de algo serio, el dice estupideces. Muchos lo ven como algo malo, pero a mi me encanta eso en las personas, que tengan esa facilidad para sacarte una sonrisa.
Incluso en este momento de tensión y nerviosismo.

Volvió a mirarme y acarició mis muñecas.

-Lo resolveremos.

-Confio en ti...

Unas pocas calles después...

Detuvo el auto en una pequeña y acogedora casa. Techo de madera y muchos juegos de niños en el jardín delantero.
Parecía una familia grande.

-Esperame aquí si?

-Mhm.

Bajo del auto y camino hasta la entrada. Miro nuevamente su teléfono y antes de llevárselo al oído la puerta se abrió.

Un hombre de aproximadamente 40 años apareció y recibió a David con una gran sonrisa.
No llegaba a escuchar nada. Los autos de Álvaro son como una cápsula, literalmente. Vidrios polarizados, asientos de cuero negro y no dejaban entrar el sonido del exterior (no me sorprendería que también fuera aprueba de balas).

Achine los ojos intentado al menos leerle los labios pero fue inútil. Solo veía que reían, se pasaban algo por el celular, y se dieron un corto abrazo antes de que David volviera al auto.

Entro sonriendo. Como podía sonreír en este momento?!. Ven lo que digo.

-Quien era? -La curiosidad me mata.

-Un viejo amigo -Subio completamente al auto y cerro la puerta.

-Y...? Que sucedió?, que tanto se decían?

-Su nombre es Pol Richard, dueño del hotel  Marea Dorada (Conocia ese hotel, estaba cerca de una de las más lujosas playas de Sydney). Hizo un par de llamadas y tenemos una habitación esperándonos.

-De verdad?

-No cariño, es una broma -Dijo con su tan usual tono sarcástico.

-Pero... iremos para quedarnos?

-Escuchaste lo que dije cierto?

-M prefiero a que si Álvaro no va a encontrarnos allí. David no lo se... hace tiempo me di por vencida con tu hermano. Es inútil escapar de el.

-No. No voy a dejar que vuelvas ahí. Fui un idiota por no haberme dado cuenta antes. Debí impedir que te casaras con el. Es un maldito psicópata.

Tomo su mano cuando me doy cuenta que esta demasiado tenso.

-Esta bien. Solo... estaba enojado.

-No lo justifiques Rosi.

-No lo hago, jamás lo haré.

-Y entonces? Por que quieres volver?

-Te matará literalmente si no lo hacemos.

-Lo hará de todos modos -Aparto su vista de mis ojos y se centró en el camino, puso sus manos en el volante y arrancó.

-Esta bien.

-Que cosa?

-Lo intentaremos. Con suerte... tal vez no nos encuentre.

-Tengo mis trucos para evitar que lo haga -Y regreso el David de siempre.

🖤🖤

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