~ Capítulo 29 ~

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●DAVID●

Luis es una mala persona. No lo quiero cerca de Rosi, no quiero siquiera que la mire, porque se que le echará un ojo y luego se la querrá llevar a la cama, como hace con todas. Eso es exacto lo que hizo con Melanie.

Ella comenzó a trabajar para el como una camarera, comenzaron a acostarse y el comenzó a darle dinero y la convirtió en su socia.

Luis es el dueño del bar al que fui cuando discutí con Álvaro. Habíamos cruzado algunas palabras antes, pero nunca entablamos una conversación.

Pero esto?

Esto no me lo imaginaba, Melanie es inteligente, no es ninguna tonta, sabe muy bien quién le conviene. Pero esto?!

Caíste muy bajo querida amiga...

Pero lo importante ahora es sacar a Rosi de ahí. No sólo por su seguridad, sino por la de ambos. Yo sé que Luis y mi hermano se conocen, podría decirse que hasta son amigos. Y estoy seguro que si sabe que nos escapamos no dudará en llamar a Álvaro.

No puedo correr ese riesgo.

La tomo del brazo y la jalo un poco más lejos para que no nos escuchen.

-Rosi... hazme caso, si?. Luego te lo explico todo, pero ahora necesito que estes a salvo.

-Acaso puede hacerme daño?

Ay no, no más preguntas!

-Luego te lo expli-..

-La mesa ya está lista -Habla Melanie a mis espaldas.

Ambos se acercan y Luis me jala un poco hacia el, comienza a hablar del bar y de cosas que no logré entender ya que mi atención estaba puesta en la chica que era acosada desde la punta de la mesa por Melanie.

Mis nervios aumentaron cuando Luis pregunto exactamente lo que no querría que preguntara:

-Que tal esta Álvaro? Hace mucho que no hablo con el...

-El... el esta bien, ya sabes, con mucho trabajo y eso -Respondi lo más seguro que pude.

-Me enteré que se casó.

Mierda.

La mirada de Rosario sobre mi me hizo retorcer sobre mi silla.

No quería seguir con esta conversación y mucho menos con la esposa de mi hermano justo en la esquina de la mesa.

●ROSI●

Melanie se abalanzó sobre mi y comenzó a hablarme sobre su "relación"(si así puede llamarse) con David.

No estaba prestando mucha atención, yo veía a David junto a aquel hombre. Tenia preguntas y muchas dudas.

Por que quería que me fuera?

Acaso era como Álvaro?

Nos estaba buscando?

Y si el tambi-..

-Que se les ofrece ordenar? -Llego el mismo camarero de la entrada.

-Amm, a mi se me antoja... -Melanie volvió su vista a la carta y lo pensó por unos instantes- Pato a punto medio, con ensalada de verduras, sin lechuga. La detesto.

-Okey -Anoto su orden.

-Mhm... yo voy a pedir carne de cerdo, a punto. Sin esas asquerosas salsas -Dijo con disgusto- y... solo eso -Se giró y clavo sus ojos en mi- Y tu bonita?

Me dieron ganas de vomitar.

-Yo... emm -Dije aún pensativa- Una ensalada mediana porfavor.

-Lo mismo -Hablo David.

El camarero recojio las cartas y se fue.

-Solo una ensalada linda? -Solto una risita- con razón estás tan flaquita. Necesito que me pases tu dieta.

No me causó gracia. Para nada.

Nunca fui una persona a la que no le gustara su cuerpo. Todo lo contrario, siempre me agradó mi figura. Tal vez si estaba un poco flaca, pero a mi me gustaba, me sentía bien con mi cuerpo. Hasta que apareció Álvaro. Cambio todo en mi, desde que estoy con el intento cubrir mi cuerpo lo más que puedo, me sentía incomoda cada vez que me miraba, pero ahora ya no estaba, y no iba a dejar que esta chica cambiara lo que siento.

-No hago una dieta, solo como sano y ya.

-Mmm, no te creo. Pero esta bien, un mago nunca revela sus secretos -Me guiña un ojo.

Y la cena continuó, bastante incómoda a mi parecer, pero bueno. Notaba que de a ratos David me miraba, no llegaba a escuchar que estaban diciendo porque la molesta piraña que tenía enfrente no me dejaba escuchar nada.

A mi lado estaba este hombre, Luis. Se veía como un tipo de negocios, muy despreocupado de todo, pero muy elegante.

Luego de un par de minutos más llego la comida.

-El pato para usted -Coloco un plato frente a Melanie- La carne de cerdo para el señor, y las ensaladas -Termino de apoyar todos los platos.

Comenzamos a comer y Melanie seguia hablando y hablando sobre dios sabe que.

Cuando termine me levante y dije:

-Ire al baño un segundo, ya vuelvo -Todos asintieron y yo me encamine hasta el baño de mujeres.

Cuando ya había entrado caminé hasta uno de los lavabos y me moje un poco la nuca.
Sorprendentemente la puerta volvió a abrirse y se cerró con fuerza.

Ay no.

No me dio un buen presentimiento.

Y mi nerviosismo aumentó cuando vi de quien se trataba.

🖤🖤

Solo TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora