Intuition. [Draco Malfoy]

15.✧･ﾟ･ﾟ

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  𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 QUINCE
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Draco Malfoy.

Arabella subió las escaleras corriendo y empapada de lágrimas, intenté gritar su nombre por última vez pero fue inútil, ya había escuchado su puerta cerrar.

No me iba a conformar con lo que había pasado. Había algo detrás de esto, Bella no llora, sabe contraatacar si se encuentra ante cualquier situación, sin falta. Y lo sé porque es algo que admiro de ella.

Iba a subir a enfrentarla, a preguntarle de nuevo qué es lo que había pasado, pero pensé mejor y me dirigí a la cocina. Tendrá que haber un rastro de lo que pasó allí.

Efectivamente, encontré lo que buscaba. Una canasta con una manta y comida adentro. Paquetes de galletas de aquella marca que tanto le gusta y varias manzanas verdes, también frutos rojos y té helado embotellado.

Apenas entendí la idea de Arabella, mariposas revolotearon dentro de mí estómago

Nunca he tenido un picnic, jamás me hicieron algo así. Ni en pareja, ni con mí familia, ni con mis amigos. Nunca.

—Tan pura, Bella. —Susurré para mí mismo.

Esto no podía quedar así.

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Arabella Greengrass.

Pasaron días desde que no hablaba con Malfoy, me rehuse a hacerlo después de haber entendido como en realidad él me veía y que jamás complicaría su vida para estar conmigo.

Después de cada comida simplemente corría hacia mí habitación y me encerraba en ella leyendo algún que otro libro.

La luz en mi cara me dió los buenos días. Giré a ver el reloj, la una de la tarde. Nadie me levantó para almorzar, mí panza rugió de hambre al pensar en comida.

Entré a darme una ducha rápida con la idea de salir y vestirme para agarrar algo de comida o al menos alguna bebida, pero cuando salí me encontré con Malfoy sentado sobre mí cama.

Abrió su boca para decir algo, pero calló cuando me vió en ropa interior de encaje negro con una toalla en mí cabeza.

—Malfoy, no puedes entrar sin avisar, mierda. —Agarré una toalla y me envolví en ella.

—No te averguences, tienes un cuerpo tan hermoso que merecería ser visto por todos, cariño. —Draco se levantó de la cama y se acercó a mí a paso lento. —Es una lástima que tenga que ser solo mío y marcado por mí.

Negué con la cabeza e intenté ocultar lo más que pude mí sonrisa. —Basta, Draco. Tal vez a Astoria le agraden tus visitas repentinas mientras se viste, no es mi caso. ¿Podrías irte? No tienes nada que hacer aquí.

—Claro que no te gustan, te conozco más de lo que piensas. El problema es que no aguanto que me ignores más, joder. Es la única forma que encuentro para que no escapesde mí. ¿Así resuelves las cosas?

—No las quiero resolver. —Quité la toalla de mí cabeza y comencé a cepillar mí cabello.

—Arabella. —Agarró mis caderas para evitar que me vaya, sabía que iba a hacerlo, pero también sabe que me derrito con cada uno de sus toques. —Necesito saber qué pasó esa noche. ¿Que te detuvo?

Darme cuenta que eres jodidamente inalcanzable. -Pensé.

—No sé de qué estás hablando. Solo estaba cansada, igual que ahora. Necesito que salgas por favor, estás interrumpiendo mí intimidad.