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·Nayeli·

El viejo ese, que se hace pasar por el padre de Jungkook, me mandó a Corea del Sur, para dejar en paz a su hijo.

Este tipo solo quiere casarlo de nuevo con otra señora y esta vez rica.

¡Me da rabia!

El chico no merece esta vida, él necesitaba disfrutar su juventud.

De verdad, necesito hacer algo para que Kookie se feliz. Le debo mucho, gracias a él tuve dónde trabajar, sin importar que todavía no acababa mis estudios.

Jungkook es el hermano gemelo que nunca tuve y que ahora quiero uno.

En fin, fue divertido mientras duró, ahora estaré lejos de mi novio falso, pero a la vez de un gran amigo.

Estoy en Corea ahora mismo, el tonto de mi hermano no me contesta el celular. Quiero llorar por eso.

Si no me contestas esta ves Nam Joon, prometo golpearte volví a marcar su número, y hablo enserio con golpearlo.

Tres pitidos y....¡Por fin contesta!

Nam: ¿Nayeli? –su voz sonaba ronca, tal vez este enfermo–

Nayeli: estoy en Corea –hubo un silencio de la otra parte de la línea–

Nam: ¿Que? –un jadeo del otro lado de la línea se escuchó...oh por dios–

Nayeli: dime qué no interrumpí nada –de nuevo ese silencio y un gemido agudo se escuchó–

Nam: puedo explicarlo –sonó nervioso, esto no me puede pasar a mi–

Tanto como él y como yo no hablamos, esto es demasiado incómodo, sin más colgué.

Mi rostro estaba hirviendo de la vergüenza. Los interrumpí y para mí desgracias aún no seguían haciendo mientras hablaba conmigo.

Rápidamente me dirigió a tomar un taxi, para ir al hotel más cercano. ¿Cómo los veré a la cara ahora?

Para de calenturientos.

Paré un taxi y me subí en este, le pedí amablemente ir al hotel más cercano y con eso el taxista empezó a conducir.

Ya mencioné que el conejito me dijo que no le dijera a nadie que me conocía. Este conejito cuando lo vuelva a ver, le pagaré.

Después de unos el taxi me dejó fuera del hotel más famoso en Seúl, lo que me faltaba, pague y baje. Al momento de estarme adentrando, ví como varias celebridades caminaban con su postura ingreida, eso es asqueroso.

Sin importarme las miradas que me dirigían, me encaminé a la recepción. Al llegar una chica me miraba de pies a cabeza, para después sonreír burlonamente.

Muy mal por ti, a mi nadie me dejara en ridículo.

—¿En qué puedo servirle? –su voz dulce me causa asco, más aparte el tono hipócrita que utiliza–

Nayeli: quiero la habitación más cara de este hotel

La chica abrió sus ojos sorprendida, para después reír, así llamando varias atenciones.

—Señorita, aquí no podemos resguardarla –se me ha acabado mi paciencia–

Sin más saque mi celular para marcarle a él, yo sabía muy bien que este edificio es de su padre, así como su hijo también tiene derecho de mandar.

Nayeli: conejito –dije con una voz dulce, haciendo que la chica feunciera el entrecejo– la recepcionista no me deja hospedarme aquí –estaba en altavoz, para que la chica del mostrador escuchará–

JK: ¿Que mierda? –su tono de voz fue neutro, estoy segura que en estos momentos tiene ambas cejas fruncidas– dile que el hijo del duelo te mando allí y que corre por su cuenta

Nayeli: ¿Ella sabe quién es el hijo del dueño? –seguia utilizando la voz dulce, siempre lo e echo y más sabiendo que en estos momentos Jungkook estaba con su padre y como el señor Jeon es un chismoso de primera aquí va–

Hyung: Nayeli, si no te dejan entrar está despedida

Y fue así como la llamada fue terminada y la chica de recepción me dejó pasar, después de haber escuchado la conversación.

Yo feliz tome la tarjeta y me dirigí al ascensor, ya estando adentro del ascensor presione el botón de mi piso, osea el último.

No puedo creer que el padre de Jungkook se siga creyendo que somos novios, después de un año él sigue pensando eso. Si supiera que solo somos amigos.

SATURNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora