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Tres años después

Fue muy doloroso aquel día, en realidad para todos había sido doloroso.

Un ángel los estaba cuidando en estos momentos. Hace diez años que todo sucedió.

Diez años dónde aquellos dos amantes alguna vez fueron felices en la tierra y ahora uno descansaría en paz y otro pagaría por sus actos.

Jin: perdóname Jungkookie –lloraba el mayor mirando al chico que contrabajos se mantenía despierto–

Jk: s-siempre t-te p-perdonare –las palabras contrabajos salían–

Jungkook había despertado del coma después de seis meses en terapia intensiva. Tenía poco tiempo de vida a decir verdad.

En esos meses Seok Jin se había echo cargo de él y de su ex esposa. Sus menores le habían perdonado hace una semana atrás.

Eso estaba bien, pero no estaba realmente bien al recibir la noticia que el amor de su vida pronto moriría y que tal vez no despertaría del coma.

Seok Jin lloraba mientras agarraba la mano fría de su menor. Jungkook lo estaba mirando con ojos soñadores como siempre lo miraba. Se sentía tan mal al ver al de su vida conectado a tantas máquinas.

Cómo deseaba poder retroceder el tiempo y no golpearlos. Los golpes que le había dado habían sido demasiado fuertes como matarlo al instante.

Pero como siempre, Jungkook tenía fuerzas de seguir luchando por su vida. Una vida que próximamente no estará.

Jin: n-no quiero q-que te v-vayas –sus sollozos se escuchaban afuera de la habitación donde hacía Jungkook–

Nayeli y Jimin lloraban tan mal por la noticia de su mayor y menor. Él y ella no podían con tanto. Todos querían a Jungkook bien.

Por suerte Saday estaba bien. En sillas de ruedas pero bien.

El resto menos Yoon Gi y Tae Hyung permanecían fuera de aquella habitación dónde próximamente aquel ángel dejaría de iluminar los días de los demás.

Mientras tanto, Yoon Gi y Tae Hyung hacían agarrados de las manos mientras el doctor seguía checando que todo estuviera bien para que Saday por fin pudiera irse del hospital.

El doctor dió un asentimiento afirmativo para después irse. Tae ayudo a cambiar a su menor y posteriormente la cargo y puso en la silla de ruedas.

Antes de salir Yoon Gi se puso frente de ella y se arrodilló.

Saday: ¿Sucede algo Yoon? –lo miraba atento–

Yoon: espero que ahora sí seas feliz –soltó sin pensar, sorprendiendo a sus dos menores–

No tenía palabras en esos momentos, ellansabia que lo que decía Yoon Gi era cierto. Pero a quien mentía, Saday sonrió y asintió a la petición de su menor.

Yoon Gi sonrió. Sin más, salieron de la habitación.

Tae hacía empujando la silla de ruedas de Saday.

Al llegar donde los demás estaban, se acercaron y enseguida escucharon los sollozos de dolor de Seok Jin.

Eso hizo que una gran punzada en los corazones de los presentes hiciera doler tan mal. Saday sonrió triste por la situación.

Un pitido apenas audibles se hizo presente junto con el “No” de dolor de Seok Jin, todos supieron que aquel ángel había dejado de existir.

Tae y Jimin ahora lloraba de dolor por la muerte de Jungkook. Todos lloraban, los doctores entraron así sacando a Seok Jin a la fuerza, ya que el mayor no quería alejarse de él.

Seok Jin se acercó a Nam Joon, quien lo abrazo intentándolo calmar, pero hasta el mismo Nam Joon sabía que eso sería imposible.

Nam estaría igual o peor que Seok Jin si el amor de su vida muriera.

Nayeli: ¿Están listos? –los chicos asintieron ante las palabras dichas por su menor–

Ho: lo estamos –sonrió a Nayeli, quien solo asintió insegura por la respuesta de su mayor, pero aún así se fue hacia el escenario que estaba en el patio de aquella gran prisión–

Todo parecía un sueño. Esto era mucho peor que un sueño.

¿Porque no lo sentía real?


















¿Ustedes creen que sea un sueño?
O mejor dicho, ¿Quieren que sea un sueño?

¡Ji Lex fuera!

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