Capítulo VI

80 11 2
                                    

Maldigo interiormente cuando la lata de pintura se me resbala de las manos y se esparce por el suelo. La idea de cortarme la cabeza justo ahora no suena tan loca.

—Algunas veces eres medio idiota, Ana— miro de mala manera a Ben quien solamente ríe ante mi desgracia.

Coloco mis rodillas en el suelo y tomo con un trapo comenzando a limpiar el desastre que causé.

—¿Y como va todo con Jaxon?— le frunzo el ceño a Ben.

—¿Cómo va de que? Ni siquiera hemos hablado y así está bien. Además...tengo mi vida y ser amiga de Morris no está en mis planes— digo malhumorada.

—Buenoo... tampoco para que te enojes— solamente ruedo los ojos y con un cepillo limpio el suelo que tiene manchas de pintura seca.

—Por suerte hoy es el último día de este bendito castigo, no soporto un día más estar encerrada aquí y contigo— soy honesta, Ben se ríe y sigue limpiando las ventanas.

—Yo se que te agrada mi presencia— lo ignoro completamente— así como la de Jaxon.

—Joder, Ben, ¿Por qué insistes con eso? Morris no me gusta, entiéndelo, no eres cupido, no puedes juntar a dos personas— ya me tienen harta, él y Pilar, quien también asume que tengo algo con Morris.

—Bueno, a ver, ¿Por qué estás tan de mal humor? Digo, se que es algo normal en ti...pero tampoco creí que tanto.

—Nada— no le voy a contar mis problemas a Ben. Que justamente solo hemos hablado pocas veces, y ahora en el castigo que nos colocaron.

—Puedes confiar en mí...

—Pero no quiero hacerlo. Además, son mis problemas, nada para que preocuparse— miro a Ben, y forma una línea delgada con los labios antes de seguir limpiando las ventanas.

Me disculparía por el tono de voz que he ocupado, pero sinceramente, así es mi carácter, dudo mucho que cambie. La gente no me cae, odio mucho que me hagan preguntas repetitivas, y que me molesten.

—¿Irás esta noche a la fiesta en la casa de Heineken?— hablo para disipar el silencio que emergió, Ben se encoge de hombros.

—Quizás, hoy tenemos un partido, ¿Irás?

Asiento— He quedado con Pilar así que sí— dejo el trapo en la cubeta que está a mi lado— ¿Con quién irás?

—Hmmm, ¿Con todo el equipo? Ya sabes, seremos el centro de la fiesta— ruedo los ojos ante su gran ego.

—Quizás pierdan y tú aquí alardeando.

—No seas mala hierba. Apuesto a que ganamos está noche— asiento para no seguir con el rollo.

Cuando termino de limpiar el piso, prosigo con las sillas. Solamente nos queda esa parte del salón para terminar con todo y poder volver a las clases normales, y no ha castigos.

Y aún no puedo creer que todo esto por un simple beso. Aunque estuvo candente, tengo que admitir que...no es correcto.

—Por fin— digo tirando pedazo de tela al suelo, feliz— Ya podré volver a dormir en las clases.

—Solamente fueron tres días, exagerada— rueda los ojos mi compañero— Bien, vámonos.

Dejamos todas las cosas de limpieza en el cuarto, y luego cada uno va a la clase que le corresponde ya que aún nos da tiempo de entrar a la última.

Me voy a mi lugar— Al lado de Thomas— quien me sonríe. Presto atención a la clase los primeros diez minutos y ya luego prefiero pensar en la historia que estoy escribiendo.

Amor De Teatro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora