CAPITULO XI

66 7 18
                                    

Besos...

Dejo besos por toda su pelvis a la vez que termino de bajar el cierre del pantalón de color beige que trae.

Es el bombero más candente que he conocido en toda mi vida, lleva simplemente una camiseta blanca que se le pega al pecho, encima tirantes de un color rojo que se agarran al pantalón. Los borcegos de color negro y el sexy sombrero.

—¿Tiene disponible su manguera, bombero?— hablo con vos lujuriosa a la vez que bajo los pantalones hasta por debajo de sus rodillas.

—Para usted siempre, alguacila Turner— aparto la mirada de sus ojos y mis dedos juegan con el elástico de su boxer.

Bajo la tela del boxer lentamente y lo siento tensarse cuando mis dedos rozan su miembro que queda libre al dejar caer la ropa interior. Me relamo los labios viendo su reproductor masculino frente a mi.

—Oye, ¿Esto es delito?— frunzo las cejas. Levanto la mirada para mirarlo.

—¿Que cosa?

—Tener sexo, ¿Cuántos años tienes?— suelto una carcajada negando con la cabeza.

—Suficiente para ser la que mande en el ámbito sexual, ahora cierra la boca y no hables a menos que sea para gemir o pedirme que vaya más lento— el intenta protestar pero agarro su miembro y el suelta un gruñido— Así me gusta.

—Joder...—gruñe cuando comienzo a mover mis manos lentamente por su miembro.

¡Jamás he hecho un oral! ¿Será buen momento para decirlo? Digo, Jayden jamás me presionó para que le haga un oral pero quiero hacerlo, con Morris.

Okey...¿Que tan difícil es?

Trago grueso sacando mi lengua y la paso por toda su extremidad, él solamente suelta un quejido y llevo mis labios a la cabeza de su miembro atrapandolo con mis labios. Chupo con fuerza y me siento tan vergonzosa.

Cómo si estuviera cometiendo un delito.

Intento llegar más profundo, y alejo mi boca cuando una arcada me invade, no lo miro, solamente vuelvo a cerrar mis labios alrededor de su miembro y masajeo lo que resta con las manos.

Subo, bajo, experimento, encuentro mi propio ritmo que parece complacerlo a él también ya que cuando lo miro tiene los ojos cerrados y una mano apoyada en la puerta.

Abre sus ojos y se encuentran con los míos, aparto la mirada y me estremezco cuando sus dedos se cierran en mi cabello creando una coleta la cuál la sostiene con su mano.

—Dejame— pide y cedo el control.

Él comienza a empujar mi cabeza y cuando la sensación de vomito me abarca el solamente me aprisiona más y...joder, ¡Sabe tan rico! Comienza con los movimientos lentos que poco a poco se van convirtiendo en algo brusco.

Me aferro a sus muslos mientras el folla mi boca como se le dé la gana.

No sé dónde se encuentra la Tatiana responsable, la cuidadosa y la mojigata pero te aseguro que anda muy perdida como para permitir que un hombre le folle la boca como si no hubiera mañana.

Noto como Jaxon comienza a mover su pelvis también dejando que gran parte de su miembro entre en mi boca, poco a poco las arcadas se alejan cuando mi boca se acostumbra a su tamaño.

Siento sus estocadas más fuertes y me estremezco cuando tira mi cabello, quiero gruñir pero el tener su miembro en mi boca dificulta varias cosas.

De un momento a otro siento como Jaxon se aleja y sostiene su miembro en su mano, lo veo— aún de rodillas— masturbarse frente a mi, llegando al climax y me relamo los labios cuando los fluidos blancos caen sobre su mano y en el suelo.

Amor De Teatro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora