Capítulo VII

54 7 7
                                    

Iba con bastante alcohol en mi sistema. Por ello estaba feliz.

Pilar se fue hace media hora junto a Thomas y le he dicho que no se preocupara por mi, ya que estoy pasándola tan bien bailando con un grupo de conocidas del instituto.

Bailamos al compás de la música que suena por los altavoces y movemos las caderas de un lado a otro. Algunas chicas bailan con sus parejas o con cualquier chico que hayan encontrado por el lugar.

Cantamos como locas mientras bebemos. Me pasan la botella de vodka que estamos compartiendo y tomo dos tragos profundos, cierro los ojos tragando el líquido y paso la botella.

Me siento tan ida.

Aún tengo la ropa mojada de la caída a la piscina. La verdad es que no quise pensar en eso, ni en lo que hice, ni en lo que sentí con ese beso. Simplemente no quise pensar y comencé a beber hasta intentar perder la conciencia.

Salgo al patio delantero de la casa cuando veo un mensaje de Iara preguntando por mi. Le envío un mensaje de texto avisándole que ya voy yendo cuando ni siquiera he salido del patio.

Afuera hace algo de frío y la ropa húmeda no ayuda en mucho.

Me ajusto la chaqueta de cuero que esta muy mojada aún pero no queda de otra que comenzar a caminar por las calles.

Paso mis manos por mi rostro bostezando, no he avisado a nadie que me he ido excepto a Iara. Ya le avisaré a Pilar cuando llegue a casa.

Comienzo a caminar viendo cómo la luna brilla, casi no se ven las estrellas....

—¡Tatiana!— freno en seco y me doy media vuelta.

—¡Eh, Morris! ¡Mi buen compañero!— él trota hasta llegar a mi.

Tiene la respiración echa un desastre.

—¿Pensabas irte sola?—gruñe.

Vaya, alguien no está de buen humor.

—Pues si— me encojo de hombros— siempre vuelvo a casa sola.

—¿Y no tienes miedo?—hago una mueca— venga, caminaremos juntos.

Dudo, pero acepto.

—Entonces, ¿Que me cuentas de tu vida, limoncito?— me engancho a su brazo, el se tensa pero no me aparta.

Apoyo mi cabeza sobre su hombro —Hmm... Tengo una hermana.

—Lo se. La conozco— frunzo el ceño y lo miro— ¿Que?

—¿Cómo la conoces?

—Es amiga de mi vecina— se encoge de hombros.

Asiento y seguimos caminando.

El cielo poco a poco se va a aclarando, y una brisa fresca me recorre, afirmo la fuerza del agarre y siento como Morris sigue tenso.

—Cuando no tienes ganas de hacer nada, ¿En qué piensas?— pregunto. Siento su mirada sobre mi.

Queda en silencio por unos largos segundos, carraspea y responde.

—Pienso en mi madre, y en como sería su vida si no se hubiera quedado con mi padrastro. Oh, y también pienso que estaría bueno estar de vacaciones en Miami.

—¿Vacaciones en Miami? Vaya.

—Mi sueño es ir todos los veranos a la playa, con mi familia, quedarnos hasta la madrugada, tomar cerveza, nadar...ya sabes, la buena vida— asiento imaginando un escenario bastante agradable—¿Tú? ¿En qué piensas?

Amor De Teatro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora