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— No voy a arriesgarme a que algo salga mal, ¿comprendes?

— Nada tiene porqué salir mal, ¿acaso no confías en mi?

Jimin chista claramente molesto.

El momento para hablar sobre el parto había llegado después de que su esposo comenzara a tener dolores hace dos días. La fecha no era si no hasta dentro de dos semanas pero Jungkook quería tener todo seguro. Y con eso era convencer a Jimin de llevar el parto en el hospital, sabía que él había tenido a Sunhee con una partera y todo había ido bien, pero se sentiría más tranquilo en el hospital donde tenían todo lo necesario.

Sin embargo, el trauma persistía en su esposo, lo cual era comprensible pero Jungkook estaría a su lado, pondría una escuadra en cada puerta si lo necesitaba, eso debía bastarle.

— No tengo humor para esta conversación, me duelen los pies y tu hijo parece estar jugando un partido de fútbol con mis intestinos.

— Está desesperado por salir de ahí. Eres muy pequeño para él.

Sonriendo, se pone de pie para ayudarlo a levantarse, como era el último par de semanas su estómago había crecido considerablemente, impidiéndole caminar correctamente, pararse o sentarse, incluso dormir era todo un reto.

— Si, ya es un hecho que será inmenso como tú.

– No me emociones por favor.

Jimin se ríe ante su voz temblorosa. Especular a quien se parecería era un tema que siempre lo ponía ansioso, a su esposo le daba igual, aunque había mencionado que preferiría que fuera idéntico a él, mientras que Jungkook optaba por que fuera a Jimin, su esposo era hermoso y todos sus hijos por ende lo eran.

Youngsoo era una versión pequeña de Jimin, solo que su cabello era rizado y rubio, pero completamente idéntico a él, Sunhee en su lugar tenía una nariz más abultada, los ojos marrones y el cabello lacio, pero su boca era igual de pomposa que la de su papá y sus ojitos igual de gatunos.

Eran muy lindos, así que esperaba lo mismo del próximo bebé.

— Duerme un rato, te hablaré cuando la cena esté lista.

Lo besa castamente y sale de la habitación.

— Papi.

Jungkook se detiene en el pasillo frente a la puerta de su hija.

— ¿Qué sucede muñeca?

— ¿Quieres jugar? — La niña levanta las muñecas en sus manos.

Asiente dirigiéndose hacia ella, se sienta a su lado en el suelo y acepta con gusto la muñeca rubia con vestido corto y zapatillas llamativas.

¿No era muy exótica para una niña de siete años?

Comienzan una charla sobre la cena con los ositos, Sunhee hace muy buen papel de su muñeca, toda seria y dedicada en su papel de hermana mayor para la muñeca de Jungkook.

Fingen una pelea y ambos ponen las manos de la muñeca hacia enfrente y las hacen chocar, las habladurías de su hija son tan cómicas que no puede evitar reírse mientras su muñeca es lanzada al otro extremo de la habitación.

Se arrastra hasta alcanzarla y vuelve a sentarse frente a la niña, quien se ha quedado repentinamente callada.

— ¿Muñeca? ¿Qué pasa?

— ¿Van a darle mi cuarto al bebé?

Jungkook arruga la frente.— Claro que no. ¿Qué te hace creer eso?

— Soo lo dijo.

Ese niño.

— No vamos a sacarte de aquí mi amor, hay una habitación extra donde cabe perfectamente – La niña levanta la cabeza con un claro puchero y sus ojos inyectados en sangre, jamás había visto esa mueca en ella y su miedo hace que Jungkook se altere — No no, no llores nena. Dios mío, ¿qué pasa contigo? Papi jamás te haría algo así.

La toma en brazos y la abraza fuerte, odiando el llanto repentino que le sigue después. Tendría una charla muy seria con su hijo después esto, no podía molestar a su hermana de esta forma, era muy pequeña y creería cada palabra con facilidad.

Esa noche decide dormir junto a ella, avisando a Jimin se pone la pijama y se acuesta en la cama junto a su hija. La niña se acurruca contra su pecho exigiendo que la abrace, era muy tierna, y como no podía negarle nada, la atrae con un brazo, le susurra una melodía de cuna observándola hasta que sus ojitos se cierran y su pecho sube y baja despacio.

A la mañana siguiente se despierta muy temprano para preparar el desayuno y llevar a sus hijos a la escuela. De regreso compra un par de donas de limón con las que se había obsesionado su esposo en los últimos días, el sabor era asqueroso pero a él parecía encantarle la acidez.

Al llegar a casa, Jimin ya está despierto y esperando por él en la sala. Jungkook se acomoda a su lado después de conseguir un vaso de leche, busca algo en la televisión para que su esposo vea y cierra nuevamente los ojos, sentía un poco tenso el cuello debido a que era demasiado grande para la cama de Sunhee pero no había podido negarse a su petición después de verla llorar así.

¿Es que acaso Jimin les contagiaba la sensibilidad a sus hijos?

Cansado deja el tema de lado, quería aprovechar a dormir todo lo que pudiera ahora que Song le había dado el permiso para faltar al trabajo la semana que faltaba para el parto.

Lo que resta de la mañana se la pasan acurrucados en el sofá, viendo películas de baja calidad y viendo al bebé moverse dentro de Jimin hasta que los niños vuelven de la escuela. Youngsoo no dura mucho tiempo ahí, avisando que saldrá a ver a su novia, la niña se trepa con su esposo mostrándose más emocionada cuando siente los golpeteos del estómago.

Jungkook aprovecha que ambos están entretenidos para preparar la comida y limpiar la casa, había sido un día muy tranquilo después de tanto drama, aún no entendía cómo seguía cuerdo después de tantos cambios de humor, de tantos berrinches tanto de Jimin como de sus hijos.

Pero no se atrevería a cambiar algo, esto era justo lo que necesitaba después de muchos años solo.

Por la noche luego de arropar a su hija y de verificar que Youngsoo haya vuelto, se dirige a la planta baja donde su esposo aún está en la sala, sus ojos cerrándose por momentos mientras trata de mantenerse despierto.

Demasiado adorable.

— Vamos cielo, te llevaré a la cama.

Jimin solo asiente sin prestar realmente atención. Estira los brazos esperando a que lo cargue, Jungkook pasa un brazo bajo sus piernas y rodea su cintura con el otro, levantándolo sin mucho esfuerzo.

— Duele mucho. — Murmura.

— Lo sé – Cierra la puerta con el pie al entrar a su habitación, recuesta a Jimin con cuidado y se trepa a su lado — Solo resiste un poco más, lo estás haciendo estupendo amor.

— No se siente así. — Jimin se acomoda de lado quedando frente a él.

Tiene los ojos cerrados pero Jungkook aún puede notar cómo están húmedos, su nariz también está esta roja y su labio tiembla.

— Han pasado muchas cosas que en cualquier momento llegarían, no te culpes por eso. – Jungkook lleva una mano a su mejilla — Eres perfecto Jimin, no dudes eso.




LYLM

ᴮʳᵉᵃᵈ ᶤᶰ ᵗʰᵉ ᵒᵛᵉᶰ 🌻 Kookmin 🌻 #3 Saga Lost LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora