𝟙𝟚

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Los días pesados y llenos de informes eran los menos favoritos de Jungkook. Mantener su trasero en la silla del escritorio por siete horas le había dejado las piernas entumidas y un dolor de espalda que estaba matándolo.

Estaba cansado y acalorado, no servía de mucho que hoy hiciera un calor del demonio, apenas había puesto un pie en la acera y la suela de su zapato parecía estarse derritiendo, si no tenía ampollas sería un milagro.

Entra en el porche de su casa desabrochándose los primeros botones de la camisa, el material grueso estaba empapado y pegándose a su cuerpo como una segunda piel, necesitaba una ducha urgente.

Cuando entra, su hija no aparece por ninguna parte para recibirlo, curioso se adentra en la cocina pero tampoco encuentra a alguien. Sube las escaleras para revisar las habitaciones de sus hijos y encuentra ambas vacías. En su habitación encuentra a Jimin doblando ropa sobre la cama, lleva una camisa suya y un pans que también era de él que le quedaba enorme, el conjunto lo hacía ver más chiquito de lo que ya es.

— ¿Y los niños? — Pregunta cerrando la puerta.

Jimin da un salto del susto.

— No te oí llegar.

— Tampoco es que hiciera mucho ruido. Lo siento, no quería asustarte. – Dice de camino al baño — ¿Entonces?

— Fueron a dormir con Seokjin, mañana los llevará a una feria.

Jungkook asiente y termina por entrar al baño, se deshace del uniforme rápidamente mientras abre el agua, se mete bajo la regadera gimiendo de satisfacción cuando las gotas frías hacen contacto con su piel sudada.

Al terminar cierra la llave y saca la mano tanteando la pared en busca de la toalla, al no encontrar nada corre la cortina y asoma la cabeza. No había ninguna toalla por lo que tendría que llamar a Jimin.

Jungkook lo piensa unos segundos, el calor secaría las gotas pero no quería quedarse en el baño hasta que el agua dejara su cuerpo.

— Jimin – Grita, espera unos momentos antes de que su esposo responda — ¿Podrías pasarme una toalla?

Se escuchan los pies descalzos caminar por el cuarto y luego la perilla de la puerta se gira. Su esposo entra con la toalla en manos, cuando Jungkook estira el brazo para tomarla se descubre medio pecho, Jimin desvía los ojos a la piel expuesta y se sonroja tanto, viéndose tierno.

— Gracias. — Murmura, observando sus manos que se rozaron por el movimiento.

Jimin asiente visiblemente nervioso, luego sale del baño. Jungkook termina de secarse y ponerse algo cómodo, cuando vuelve a la habitación su esposo está recostado viendo hacia la ventana. Las ganas de ir y acomodarse a su lado eran demasiadas, extrañaba a su esposo y se sentía desesperado por un solo toque, se estaba volviendo loco pero jamás obligaría a Jimin a hacer algo que por el momento lo pone incómodo.

Suspirando, se dirige a la puerta, se echaría en el sofá hasta que la hora de dormir llegara, Taehyung se había ido hace dos días a Seúl, dejando libre su cama, y Jungkook no dijo en voz alta cuán feliz se encontraba con su partida, dormir en el sofá no estuvo tan mal las primeras dos noches, pero luego de la cuarta su espalda se sentía entumida y adolorida.

— ¿A dónde vas? — La voz suave de Jimin lo toma por sorpresa.

Jungkook se detiene en el marco de la puerta voltea un poco para verlo.

— Abajo. ¿Necesitas algo? ¿Te sientes mal? — Se gira completamente pero no llega a dar ningún paso.

Jimin niega pero su rostro aún luce como si quisiera decir algo, luego de unos segundos Jungkook dice: — De acuerdo, llámame cualquier cosa cariño.

ᴮʳᵉᵃᵈ ᶤᶰ ᵗʰᵉ ᵒᵛᵉᶰ 🌻 Kookmin 🌻 #3 Saga Lost LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora